Funes, para el placer

Cabañas, un spa, un salón de fiestas y un restaurante comparten el predio de un nuevo complejo. Un espacio cálido e íntimo que ofrece una forma distinta de alojarse a 20 minutos de Rosario

Una arboleda antigua enmarca un nuevo complejo de cabañas, spa, restaurante y salón de fiestas, una propuesta única en su tipo en la zona aledaña a Rosario y que se posiciona para atrapar viajeros y visitantes en Funes. Cada espacio está planteado con intimidad e independencia de los otros, sobre un predio de más de una hectárea que ofrece un club house, una cancha de tenis y una pileta para quienes elijan el lugar para alojarse. El spa estará abierto al público, igual que el restaurante, concesionado a especialistas gourmet. En el lado opuesto a las cabañas, el salón de fiestas recibió una lluvia de reservas aún antes de su inauguración, una fiesta para empresarios y medios que se realizó el jueves pasado.

La propuesta lleva el nombre Tra Noi, una voz italiana que significa "entre nosotros" y muestra el espíritu del grupo que llevó adelante la empresa, precisa Darío Vilches, encargado de comunicaciones del complejo. Está ubicado sobre la ruta 9, en el kilómetro 322,5, entre las paradas de ómnibus 15 y 16.

"El espacio está dedicado al servicio -dijo Vilches- La idea es que los visitantes puedan disfrutar de la comodidad de un hotel y descansar sin preocuparse por nada. Ni cortar el pasto, ni limpiar la pileta, ni cocinar".

Las cabañas del complejo son una docena, con capacidad para entre 2 y 6 personas. Están agrupadas de a cuatro, con un equipamiento cuidado: la vajilla incluye desde destapadores y exprimidores hasta horno a microondas; aunque el predio ofrezca la posibilidad de comer en el restaurante. Cada unidad tiene parrillero propio y garage. El diseño es luminoso, con una buena vista hacia la arboleda y el parque, cuida la intimidad de cada unidad, con los ambientes orientados en diferentes direcciones.

Antes de la inauguración, cien reservas comprometían la ocupación de las cabañas entre enero y marzo.

El espacio común, el club house, funciona a la vez como espacio de distensión, lectura y esparcimiento. Se diseñó sobre la casa de dos pisos que se levantaba en el predio original, con una amplia vista hacia la pileta y el parque central. La planta baja separa los ambientes con desniveles, iluminación y mobiliarios. Lo ocupan una barra con bebidas, un deck sobre el pasto y un living que circunda un inmenso hogar que desafía los fríos invernales. En la planta alta se encuentran espacios de reunión y una biblioteca.

Los precios de las cabañas oscilan entre los 200 y 250 pesos por día.


Area abierta
El spa, el restaurante y las canchas de tenis son espacios que el complejo mantiene abierto a todos los visitantes; aún los que no necesiten alojarse en el complejo.

El restaurante tiene capacidad para unos 50 cubiertos, que le ofrece un clima de intimidad y cálido; aunque habrá que esperar hasta el 2 de enero para visitarlo. La cocina estará a cargo de una empresa gastronómica, cuyo mayor compromiso será "asegurar un buen comer", dijo Vilches.

El spa fue diseñado con gabinetes amplios y espacios de relax con vista al parque. Tiene sauna, duchas finlandesas y escocesas; y espacios para fangoterapia.

El salón de usos múltiples de 600 metros cuadrados tiene un ingreso propio, con estacionamiento y un camino que llega hasta la misma puerta de entrada al lugar. Tiene un diseño estructural atento a la acústica y la iluminación que requieren las fiestas.

El salón es independiente del resto del complejo; aunque comparta el parque y la compañía de la arboleda.

El diseño total del complejo estuvo a cargo de Edwald y Geraldine Bürgui; quienes encabezaron el equipo en un plazo de seis meses, hasta concretar su lanzamiento para la temporada de verano.

La pileta se ubica en el centro del parque, es parte de la postal del lugar. Pero eso sí, su uso es exclusivo de quienes se alojan en el complejo.

El espacio privilegia la intimidad y el servicio en un parque de diseño con árboles añejos.