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domingo,
18 de
diciembre de
2005 |
"Los municipios nunca han tenido
tanta plata como en este momento"
El gobernador se diferenció del aumento que pide Lifschitz y dijo que en la provincia "ahora viene lo mejor"
Silvia Carafa / La Capital
Hizo un cálculo, pidió café y se dispuso para la charla. Confirmó que comenzaba la segunda mitad de su segunda gestión y, según explicó, el momento de la cosecha. Eligió hablar hacia adelante en lugar de hacer balances. "Eso queda para la oposición", dijo entre risas y auguró que ahora viene lo mejor. Evocó a los conflictos salariales como uno de los frentes más duros que le tocó timonear y aseguró que "nunca, los municipios de Santa Fe han tenido tanta plata como ahora".
-¿Es cierto que la provincia tiene fondos millonarios en plazo fijo?
-¡Noooo! En absoluto. Lo que tiene la provincia son cuentas ordenadas y una cantidad muy importante de obras públicas en ejecución. Los recursos generados se fueron transfiriendo, duplicamos la política salarial y la cantidad de dinero que reciben los municipios y las comunas. Ahora, vamos a aclarar una cosa, si los que reciben ese dinero no lo administran bien, y gastan más de lo que tienen, no es responsabilidad del gobernador. Tiene que haber mucho cuidado, para no producir desfasajes, si gastan más de lo que tienen terminarán aumentando impuestos o tasas y eso nunca es bueno. Si se aumentan, se jode a la gente.
-¿Qué valorizará la gente de esa primera parte de la segunda gestión?
- Creo que hay improntas que se van a recordar. Por ejemplo, la derogación de la ley de lemas. Desde la oposición pensaron que lo mío era una pose o un discurso. Incluso dentro de mi propio partido tuve oposición. También la autolimitación para designar miembros del Tribunal de Cuentas, o jueces comunales y la ley del derecho a la información que envié apenas asumí. Somos la única provincia del país que tiene una Secretaría de Estado de Derechos Humanos con rango de ministerio.
-¿Y los dolores de cabeza cuáles fueron?
-La ventaja que tengo es que si me levanto mal, a la media hora, cuando empiezo a generar adrenalina, me empiezo a sentir bien, así que los malos recuerdos se me graban poco. Frente a la adversidad yo me hago fuerte, reacciono y me pongo a trabajar para encontrar soluciones.
-¿Qué se critica?
-Soy muy autocrítico, pero prefiero no enunciarlo, porque hay una oposición en esta provincia que se encarga de acumular las críticas contra cualquier gobierno. Las objeciones se las dejo a la oposición, que es lo único que sabe hacer.
-¿Cuál es el rol opositor entonces?
-He sido opositor, y lo que hice fue tratar de acompañar y no destruir. Pero bueno esa fue la oposición nuestra...
-Según Elisa Carrió, el gobierno nacional no termina bien. ¿Usted qué opina?
-Con Lilita tengo sentimientos encontrados, la respeto, le tengo cariño pero ella se equivoca con esa política apocalíptica de criticar todo, de no aceptar nada, sobre todo esta confrontación tan feroz, tan dura que está haciendo contra el gobierno de Kirchner, que es el mejor gobierno que tuvo el país desde el regreso de la democracia.
-Carrió hace foco en la corrupción de la gestión Kirchner, con (Julio) De Vido a la cabeza.
-Ella critica todo, ese es el error, debería criticar lo que está mal y reconocer lo que se hace bien, pero no quiere reconocer nada.
-En el último mes se abrieron o agudizaron varios frentes de tormenta para la administración Kirchner. ¿Por qué?
-La administración de Kirchner, al igual que me pasó a mí hace dos años, tenía que sortear una cantidad muy importante de problemas, como la renegociación de la deuda, que resolvió bien. Ahora aparece un tema preocupante como la inflación pero lo está resolviendo. El problema no son los conflictos, el que se dedica a la política debe saber que esto no es otra cosa que la posibilidad de resolver esos entuertos. En el único lugar donde no hay conflictos es en la tiranía. En la democracia hay conflictos porque hay gente que piensa distinto.
-¿Considera entonces que Kirchner está haciendo lo correcto?
-Creo que lo va haciendo muy bien. Selecciona un tema y hasta que no lo resuelve no lo deja. Me parece que la sociedad le reconoce eso.
-Vamos a la letra B: Borocotó y su paso de danza...
-Los españoles tienen un término que usan con toda naturalidad porque no es peyorativo como acá, es el de transfugar, que es fugar de un lugar a otro. En España suele ocurrir que si un político pasa a otra fila se habla de él como un tránsfuga como una definición. A mí me cuesta entender lo de Borocotó porque soy peronista. No me concibo fuera de este lugar, puedo entender que alguien pueda sufrir una transformación política, pero que lo haga en 24 horas me parece demasiado acelerado y, cuanto menos, poco elegante...
-La otra B es Binner y el 2007.
-Binner hizo una muy buena elección y definió su rol de opositor. Si decide ser candidato a gobernador será el candidato de la oposición. Eso es todo.
-Ya que habló del peronismo, ¿cómo lo define hoy?
-Creo que el peronismo sufrió una crisis muy importante producto de la falta de debate. Menem nos quiso transformar en liberales de un día para el otro sin haberlo discutido, pero el PJ no es liberal, ni de derecha ni de izquierda, es una expresión nacional que surgió en un momento histórico.
-¿A quién le debe fidelidad un político? ¿Al partido, a sus convicciones o a la gente?
-El político hace una promesa, un contrato social con la gente, para cumplir con lo que son las ideas o los valores políticos del partido que representa, por lo tanto su compromiso es con la gente y con los ideales de su partido. A eso le debe fidelidad.
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Fotos
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El gobernador habló de la oposición.
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