Indignación en México por la aprobación del proyecto antiinmigrante en EEUU

Ciudad de México. - Una fuerte indignación en México causó la aprobación por la Cámara de Representantes (Diputados) de EEUU del proyecto de ley de "protección fronteriza, antiterrorismo y control de la inmigración ilegal", que entre otras medidas autoriza la construcción de unos 1.000 kilómetros de muros en la frontera común. "El gobierno de México cree que una reforma que sólo considere medidas de seguridad no contribuirá a un mejor y más integral manejo bilateral de los asuntos migratorios", dijo ayer el Ministerio de Relaciones Exteriores mexicano en un comunicado.

A los pronunciamientos oficiales, como el que hizo el pasado 14 de diciembre el presidente de México, Vicente Fox, que calificó la medida de "oprobiosa y vergonzante", se han sumado análisis criticos de expertos y hasta de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) de México. La antropóloga social Enriqueta Cabrera afirma que la ley "no construye sino que divide, polariza" porque está estructurada "de espalda a la realidad". Afirma que una "reforma migratoria (en EEUU) no es una necesidad sólo para los mexicanos indocumentados sino que también lo es para los estadounidenses".

Una muestra de ello, según Cabrera, es la conclusión del estudio de Pew Hispanic Center realizado recientemente sobre la migración y en el que se afirma que la principal causa de la afluencia de mexicanos a EEUU en busca de trabajo "es la demanda" del mercado laboral de esa nación.

La ley estadounidense aprobada el viernes obliga a los patrones a controlar la documentación de sus trabajadores extranjeros, autoriza la construcción de un muro en por lo menos una tercera parte de la frontera común México-EEUU de unos 3.000 kilómetros de longitud y penaliza fuertemente casamientos arreglados para conseguir documentos o la utilización de papeles apócrifos por parte de los indocumentados, entre otras acciones. Los diputados norteamericanos también aprobaron reforzar la vigilancia militar y policial de la frontera y dificultar a los "ilegales" conseguir trabajo, pero no adoptaron ningún programa de empleo temporario para inmigrantes, como pedía México.


Vuelta a casa
La ley, si es aprobada por el Senado tal como la recibe, llevaría a la mayoría de los alrededor de 11 millones de mexicanos que carecen de papeles a tener que reconocer su situación y a regresar a su país en un lapso de tres años, negándole la posibilidad de permanecer en EEUU tras regularizar su situación. La opinión de los mexicanos es que la migración no se impedirá aunque la ley endurece las condiciones para que pasen trabajadores indocumentados a EEUU.

La Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) indicó en un pronunciamiento que la ley "criminaliza" a los indocumentados y que los legisladores "lejos de contener la migración directa o indirectamente han propiciado la muerte".

Las barreras a la migración serán construidas en las zonas de más fácil acceso y solo quedarían para el cruce los puntos fronterizos que pasó a amplias zonas desérticas de EEUU donde se ha registrado en los últimos años el mayor número de muerte de migrantes que se han arriesgado por esos caminos.

El comentarista Carlos Puig en el diario Milenio sostiene que "los hechos indican que la migración de México a EEUU no se frenará con leyes o declaraciones" porque "el imán (el mercado de trabajo norteamericano) es demasiado poderoso para impedir el flujo" .

El editorial central del diario La Jornada afirma al respeto de la ley que es necesario crear entre México y EEUU "mecanismos sensatos para controlar el flujo migratorio". Los trabajadores mexicanos en EEUU enviarán en 2005 a sus familias unos 20.000 millones de dólares.

En Tijuana colocan flores en la reja fronteriza en memoria a los migrantes muertos.