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domingo,
18 de
diciembre de
2005 |
Bush justifica el espionaje telefónico
Calificó las escuchas iniciadas tras el 11-S como necesarias para evitar otro atentado terrorista en EEUU
Washington. - El presidente George W. Bush admitió ayer que había autorizado personalmente en más de 30 ocasiones un programa de espionaje interno a partir de los ataques del 11 de septiembre de 2001, y criticó a aquellos que participaron en la divulgación del programa. "Se trata de un programa altamente secreto que es crucial para nuestra seguridad nacional", dijo el presidente en un discurso por radio.
El diario The New York Times informó el viernes por primera vez de la orden presidencial. La noticia dijo que la orden permitía a la Agencia de Seguridad Nacional espiar conversaciones telefónicas y correos electrónicos de cientos de personas sin la orden judicial que habitualmente se requiere para el espionaje doméstico. La noticia inmediatamente despertó la inquietud de demócratas y republicanos en el Congreso y la administración Bush declinó confirmarlo en un primer momento.
Algunos de los congresistas que se oponen a la renovación de la ley han citado la noticia como un motivo más que se suma a sus inquietudes sobre la necesidad de asegurar que se protegen las libertades civiles de los estadounidenses.
"Esta autorización es una herramienta vital en nuestra guerra contra los terroristas. Es muy importante para salvar vidas. El pueblo estadounidense espera que haga todo lo que esté en mi poder, de acuerdo con nuestras leyes y a nuestra Constitución, para protegerlo, y para proteger sus libertades civiles. Eso es exactamente lo que continuaré haciendo mientras sea presidente de EEUU", dijo Bush.
Críticas de los demócratas
Furiosos legisladores exigieron una explicación del programa, divulgado por primera vez el viernes en el diario The New York Times, y quisieron saber si el espionaje llevado a cabo por la Agencia de Seguridad Nacional viola las libertades civiles.
Al defender su programa, Bush dijo en su discurso que sólo fue usado para interceptar comunicaciones internacionales de personas dentro de EEUU que tendrían "un claro vínculo" con Al Qaeda u otras organizaciones terroristas.
Mostrando en ocasiones su ira durante el discurso, de ocho minutos de duración, Bush señaló su intención de continuar el programa. "Intento hacerlo mientras nuestro país enfrente una continua amenaza de Al Qaeda y grupos vinculados", señaló. "No cabe duda de que esto está fuera de lugar", dijo el viernes el legislador republicano Arlen Specter, presidente del comité judicial del Senado. Añadió que se realizarían audiencias a principios del año entrante, las cuales tendrán "altísima prioridad".
Por su parte, el senador republicano John McCain indicó que se sentía perturbado por la noticia. Según el informe del New York Times, la Agencia de Seguridad Nacional espiaba a unas 500 personas a la vez en cualquier momento dado en EEUU, tras los ataques del 11 de septiembre.
Anteriormente, la agencia vigilaba en el país a embajadas y misiones extranjeras, siempre con órdenes judiciales.
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El presidente Bush admitió que firmó una orden secreta para espiar ciudadanos.
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