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domingo,
18 de
diciembre de
2005 |
Operativo antirracial en Sydney
Sydney. - Más de 1.500 policías fueron movilizados ayer en torno a Sydney en un operativo de seguridad para evitar la repetición de la violencia racial que afectó a la ciudad más grande de Australia hace una semana. La policía confiscó durante la noche un vehículo, el primer automóvil que es incautado de acuerdo con los nuevos poderes dados a la policía esta semana por el Parlamento del estado de Nueva Gales del Sur.
Los agentes obligaron a detenerse al conductor de un auto pequeño, y encontraron en su interior espadas y un puñal. El conductor, de 17 años, fue acusado de poseer armas blancas.
El Parlamento debió cancelar su receso estival y realizó una sesión de emergencia el jueves para aprobar leyes con las que ayudar a la policía a controlar la violencia callejera. La decisión fue adoptada luego que el domingo pasado estallaron disturbios en la playa de Cronulla, en el sur de Sydney. Unos 5.000 jóvenes blancos, en su mayoría borrachos, atacaron a personas de apariencia árabe y libraron una serie de escaramuzas con la policía.
Ayer, la policía obligó al conductor de cada vehículo que se dirigía a Cronulla y otros playas en el área a detenerse, a fin de revisar su interior.
El subjefe de policía Andrew Scipione se disculpó por "las demoras y los inconvenientes", pero dijo que había sido necesario cerrar 31 vías de acceso a las playas a fin de revisar los automóviles.
En la playa de Cronulla había menos de 100 nadadores, cuando generalmente suele haber millares. La escasez de bañistas se atribuyó a las advertencias de la policía de no ir a esa playa ante los temores de una reanudación de la violencia.
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Policías patrullan una playa australiana para prevenir los actos xenófobos.
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