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domingo,
18 de
diciembre de
2005 |
Una ecuatoriana cumplió 116 años
La ecuatoriana María Esther de Capovilla fue reconocida por el libro de récords Guinness como la persona más anciana del mundo, con 116 años de edad. Ella no tiene ninguna enfermedad y sus hijas sostienen que su vida tranquila, ajena al estrés del mundo moderno, quizás es la clave que la ha mantenido en pie.
Nació el 14 de septiembre de 1889, el mismo año que Charlie Chaplin y Adolfo Hitler. Se casó el año en que Estados Unidos ingresó a la Primera Guerra Mundial y enviudó cuando Berlín se dividió después de la Segunda Guerra Mundial.
Poco después de cumplir cien años, en la misma época que cayó el muro de Berlín, María Esther sufrió de unos cólicos abdominales que mermaron su salud, lo que hizo que un cura oficiara los santos óleos.
Ante la sorpresa de todos, ella se recuperó y 16 años después fue declarada por el libro de récords Guinness como la persona más anciana del mundo.
"Nosotros la vemos en el estado que está y lo admirable no es sólo que ha llegado a esa edad sino que haya llegado en esas condiciones, está muy bien de salud", dijo a Irma, su hija de 79 años.
Toda una novedad
Con sus manos delgadas, suaves y que no muestran signos de temblor, María Esther agita, cerca de su rostro, un abanico con el que busca aliviar el calor de más de 30 grados centígrados y la humedad de su natal Guayaquil, 260 kilómetros al suroeste de Quito.
Sentada en un sofá junto a sus hijas advierte la presencia de gente que no está acostumbrada a ver. Periodistas y fotógrafos desde hace una semana visitan a diario su casa pero ella parece no entender el motivo.
Su hija Irma le cuenta en tono alto y muy cerca de su oído derecho, debido a su pérdida de la audición, que se volvió famosa por ser la persona más anciana del mundo. María Esther la escucha, por unos minutos no pronuncia palabra, niega con su cabeza y sonríe.
Irma cree que el carácter tranquilo de su madre es el secreto de su longevidad.
"Más que la alimentación es la tranquilidad, siempre ha tenido un carácter muy tranquilo, ella no se altera por nada, toma las cosas con mucha tranquilidad y ha sido así toda la vida", explicó.
Tuvo cinco hijos, de los cuales tres están vivos: Hilda (81), Irma (79) y Aníbal (77). Tiene 11 nietos, 20 biznietos y 2 tataranietos, el último nació en febrero del 2003. (AP)
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