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domingo,
18 de
diciembre de
2005 |
El cazador oculto: "Un paraíso
a la vuelta de
la esquina"
Ricardo Luque / Escenario
Relax. Un merecido descanso. ¿Qué otra cosa se puede desear a esta altura del año? Nada. Y es lógico, después de una temporada en el infierno, qué se puede pedir más que un poco de tranquilidad, al aire libre, bajo una arboleda añosa y disfrutando de la brisa fresca del atardecer. Eso fue precisamente lo que sucedió en la fiesta de inauguración de Tranoi, el elegante spa que abrió sus puertas esta semana en Funes. El lugar, un paraíso con un amplio parque jalonado por altas palmeras, promete promete todo lo que puede soñar un hombre estresado del siglo XXI. Masajes, sauna, hidromasaje y chocolaterapia, que por lo visto es la terapia preferida del inesperado anfitrión de la velada, Pepe Grimolizzi. Se ve que el hombre, entusiasmado con las terapias relajantes, ni bien ve un kiosco se tira de cabeza y vacía las estanterías de huevos Kinder. ¡Alguien le puede avistar que la chocolaterapia no tiene nada que ver con los chocolatines! A quien también habría que darle la voz de alerta es al Vasquito Arrizabalaga, quien después de su fugaz paso por el mundo de los negocios se cree que vaya a donde vaya tiene que ir de traje y corbata. Y lo peor es que la rigurosa dieta a la que se sometió con vistas al verano lo dejó piel y huesos. Para que se entienda: flaco y con saco oscuro parece a Lemony Snicket en "Una serie de eventos desafortunados". A su lado, su fiel escudero, Juan Echegaray, que lució una camisa a cuadros igualita a que lucen los de los cowboys románticos de "Secreto en la montaña", irradiaba una luminosidad incandescente. Se ve que su intensa labor al frente de la difusión de las actividades universitarios le deja tiempo para subir a la terraza del Rectorado a tomar una horita de sol. Envidiable. Tanto como la compañía femenina con la que Juanca Juncos, el único y genuino heredero local de "Intrusos", se dejó caer por el spa. Ivone Rivera. ¿La tienen? Sí, la indomable cronista de showbizz que ponía los pelos de punta Armando Cabrera con sus informes sobre rock para "Entrelíneas". Es curioso pero, lejos de la mirada severa del Colorado, la niña parece otra. Más alegre, más sexy. ¿Por qué será? Un misterio, tan insondable como la lozanía que luce Julito Orselli, el maestro de ceremonia de la velada, luce de un tiempo a esta parte. Dicen que el tratamiento "portazo en la nariz" le vino de perlas. Como a nadie más en Canal 3.
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