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sábado,
17 de
diciembre de
2005 |
Nació un espacio político con el padrinazgo de Kirchner
Rossi quiere nuevos dirigentes
a tono con un país que cambia
El Instituto Santafesino de Políticas Públicas se presentó en sociedad ante un masivo y heterogéneo auditorio
Walter Palena / La Capital
El Instituto Santafesino de Políticas Públicas alumbró ayer en Rosario con un padre que no estuvo en cuerpo presente en el nacimiento pero que fue evocado en forma permanente: el presidente Néstor Kirchner. Sólo el embelesamiento que produce el santacruceño puede lograr que se reúnan en un mismo espacio militantes y dirigentes de tan variada catadura. Se trata, en síntesis, de un nucleamiento santafesino que se propone ser funcional al proyecto que reconoce en el primer mandatario una referencia unánime y absoluta.
Los únicos dos oradores del acto, Agustín Rossi y María Eugenia Bielsa, lo hicieron saber desde el vamos. El presidente del bloque de diputados kirchnerista lo hizo de una manera lisa y llama. La vicegobernadora, en cambio, con un discurso historicista de pretenciosa intelectualidad.
Es más, cuando Bielsa pronunció su discurso, ayudada por un borrador, no hubo forma de acallar un sostenido murmullo que fluía desde el fondo del salón de la Asociación Empresaria, lo que motivó varias veces pedidos de silencio a través de sonoros chistidos. Tampoco ayudaron a la calma las personas que dejaron el celular abierto, provocando un pequeño pero molesto batifondo de ringtones.
Antes del acto, Rossi paseó su buena estrella política por rincones y pasillos de la sede empresaria. La condición de bendecido kirchnerista provocó el lógico besamanos de dirigentes que ahora lo ven como la reencarnación de la renovación dirigencial santafesina.
La antesala fue también una verdadera ensaladera que congregó a sindicalistas, piqueteros, empresarios pymes, concejales, jefes comunales y todo tipo de militantes que parecían haber encontrado en este espacio el lugar que les negaba la "burocracia partidaria".
Todos ellos, sin excepción, hacían comentarios sobre el "hito histórico" para la Argentina el hecho de que Kirchner haya decidido, con plata fresca, sacarse de encima al FMI, ese demonio que condenó al averno los destinos del país. Esta "epopeya kirchnerista" se corporizaría luego en el discurso de Rossi.
Escuela de dirigentes
Con un cartel de fondo del Frente para la Victoria santafesino, Rossi y Bielsa se acomodaron en una mesa. Un cerrado aplauso marcó el ingreso del diputado. La arquitecta entró por un costado y lo esperó al pie del improvisado y cuidadoso escenario. Hubo una pequeña mácula que deslució a la organización del prolijo mitin: los constantes acoples de los micrófonos, algo que los oradores lograron sortear con oficio.
La primera que lo hizo fue Bielsa. La vicegobernadora aclaró que lo que allí nacía no era una corriente interna partidaria, sino un espacio plural donde primará la inventiva, la imaginación y el pensamiento militante en un marco "sin sectarismos" ni "burocracia partidaria". En definitiva, una escuela que forme o consolide cuadros políticos que estén a tono con esta nueva etapa del país de la mano de Kirchner.
Rossi comenzó su disertación con un "agradecimiento tardío", como él mismo se encargó de decir. Felicitó a los militantes, jefes de comunas e intendentes por el apoyo recibido en la campaña electoral.
Luego sí citó nombres propios, y lo hizo para explicar cómo se fue pergeñando el Instituto con personas cercanas y queridas por él: la organización piquetera Barrios de Pie, los sindicalistas Juan Nucci, Estela Michalek, la ex concejala Luisa Donni, Esteban Borgonovo, el ex militante montonero Gerardo Rico. También hizo dos menciones especiales. Una fue para su colega diputado Juan Sylvestre Begnis y el concejal obeidista Osvaldo Miatello, a quien disculpó por no estar presente (ver aparte).
"Concebimos el Instituto como una herramienta no tradicional de los partidos políticos, que cobije a todos los compañeros militantes de cualquier sector del PJ, pero también con la amplitud suficiente que reclama este cambio que está llevando adelante el presidente Kirchner", sostuvo, dejando implícito un mensaje de que ya nadie es imprescindible dentro del peronismo santafesino.
Este concepto lo reforzó con una señal hacia el interior de la provincia. "El país, gracias a Kirchner, está cambiando, y para seguir gobernando Santa Fe también tenemos que cambiar, dejando de lado los vicios sectarios. Este nuevo país exige nuevos dirigentes y humildemente esperamos que este espacio traiga nuevas formas organizativas", fue el llamado final.
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Rossi dijo que el nuevo espacio debe prescindir de los sectarismos partidarios.
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