Artesanos: diseño y buen gusto

Alberto y Nora González fueron pioneros en confeccionar carteras de cuero combinadas con telas

Paulina Schmidt

Las carteras íntegramente en cuero o combinadas con telas abren un abanico de posibilidades para todas aquellas mujeres que gustan de este complemento casi imprescindible. Respetando la tonalidad de los zapatos o la vestimenta, el diseño, los herrajes y la variedad de colores, hacen que todas luzcan diferentes. Alberto y Nora González son arquitectos pero hace cinco años que se dedican a diseñar y confeccionar carteras. Cuando comenzaron, su casa se convirtió en un taller. Una máquina de coser, algunos cueros y telas fueron los inicios de una actividad por la que hoy son reconocidos.

Acostumbrados a trabajar en emprendimientos constructivos o inmobiliarios, es la primera vez que llevan adelante un proyecto productivo de estas características. "En un momento donde muchos emigraban a España, era necesario buscar una salida laboral para nuestros tres hijos que iniciaban sus estudios universitarios. Como siempre seguimos de cerca la moda, los colores y las formas (en la década hippie hicieron zuecos y cintos) teníamos experiencia para comenzar a trabajar. Hasta hoy, muchos conocidos no entienden por qué cambiamos tan abruptamente de actividad, y la respuesta siempre es la misma: buscamos hacer lo que nos gusta", reflexiona Alberto González acompañado de su esposa Nora durante la charla con Estilo.

El taller ubicado en la zona norte de la ciudad prepara la producción para el próximo fin de semana. La Feria del Bulevar es el lugar donde exponen y ofrecen sus productos, hechos a mano, con materiales nobles y un perfil diferente en el diseño y las combinaciones.

"Piel Cepia" es el nombre del emprendimiento, que de acuerdo al fiel reflejo de sus creadores, es una actividad familiar que los ocupa a todos. "Aunque esto condice con el modo de concebir del artesano, tenemos un criterio renovado y diferente. Cada uno aporta ideas diferentes. Por ejemplo, uno de los chicos estudia ingeniería industrial y nos ayuda con la organización y el avance de la producción. Como arquitectos teníamos otro concepto del espacio, y al principio, las carteras eran marcadamente de diseño. Luego tuvimos que adaptarnos y ensamblar algunas cuestiones propias de la diferencia generacional", reconoce Nora.

Aunque no tienen el oficio ligado a la industrialización, acostumbran a mantener una organización estricta en condiciones de producir en cantidad.

El trabajo artesanal reside en las terminaciones, las combinaciones y el diseño. "Todo el proceso está hecho por nuestras manos, y otros artesanos colaboran en los detalles, como una ceramista y uno persona que tiñe las plumas", apuntó.
Complemento irremplazable
Carteras de cuero combinadas con telas importadas adoptan las más variadas formas, funciones y colores, de acuerdo a las preferencias y el presupuesto disponible. "Hace algunos años, la importación hizo que la cartera dejara de usarse. Luego, las chicas jóvenes descubrieron en ella un complemento importante. Hoy se encuentra nuevamente instalada, con la diferencia que ya no está íntimamente ligada con el calzado. Preferimos trabajar sobre la integración de la cartera a la vestimenta y al juego como conjunto", explica Alberto.

Con nuevas alternativas en el encuadre del diseño e incorporando algunos detalles distintivos, cada temporada el matrimonio selecciona la paleta de colores y las combinaciones. "Estudiamos la relación entre el cuerpo de la cartera, la forma y los detalles armoniosos. Esto nos permite obtener múltiples combinaciones y posibilidades en su utilidad, como sacar las manijas o cambiarlas de lugar", continúa.

Las telas combinan muy bien con el cuero, y pueden ser de tapicería, telar o importadas, desde el yantú de seda hasta la loneta teñida e impermeabilizada logran efectos originales.

También confeccionan zuecos, chalecos, camisolas con tiras de cuero, colgantes y cinturones, toda una línea de marroquinería. La variedad de productos y alternativas, así como la originalidad en el diseño, les permitió comercializar las carteras en otras localidades y también en España, donde reside su hijo menor.
Cuero y algo más
"Nuestra idea es trabajar siempre con cuero. No concebimos la moda en el sentido de lo moderno. Confeccionamos un objeto para que tenga utilidad ahora y después, tanto para el invierno como para el verano", dice, y destaca que la moldería, concebida como el diseño de la cartera "es el valor más preciado y el que marca la diferencia".

"Comenzamos a dibujar las carteras y fuimos mejorando y superando cada nuevo stock. La relación directa entre producción y diseño nos permite cambiar de modelos con facilidad", admite.

Los herrajes son de bronce o bronce platino, y todos los detalles se confeccionan en cuero. "La tela puede variar según el costo pero la confección cuida siempre los detalles de forrería, fundamentales para resguardar la calidad del producto", agrega Nora, quien por ser mujer entiende las preferencias de colores y utilidad a la hora de elegir.

"Un día se acercó una chica para proponernos que le confeccionáramos la ropa de su casamiento. Al principio, esta idea nos descolocó, pero luego le ofrecimos que ella eligiera su vestuario y nosotros nos ocupábamos de los detalles. Así es como confeccionamos una faja y una cartera de mano que complementaron originalmente con las prendas que había elegido".

Nora y Alberto González se disponen a dar un salto cuantitativo en su producción, como abrir un negocio taller junto a otros artesanos que confeccionen objetos en cuero. "De esta manera ofreceríamos un abanico de posibilidades para quien prefiera algo hecho a mano y diferente, y para nosotros significaría continuar disfrutando de este trabajo", dijeron finalmente.