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 sábado, 17 de diciembre de 2005  
Cómo enfrentar el miedo al examen
Preparar el material de estudio y cómo organizar el tiempo, claves frente a las pruebas

Las fechas de exámenes se presentan como un período estresante. El miedo a las evaluaciones y los malos hábitos pueden provocar resultados poco alentadores. Un informe preparado por el Portal Universia (www.universia.com.ar) propone una guía para atravesar con éxito las situaciones de pruebas.

Según recuerda el informe de Universia, una investigación realizada por docentes de la Facultad de Veterinaria de la Universidad Nacional del Litoral (UNL) junto con la ONG "Crecer sin violencia", indica que exponerse a situaciones de exámenes altera el organismo. Sostienen así que durante los períodos de evaluaciones se observa una disminución de las defensas y de los glóbulos rojos, junto con ciertas alteraciones de la hormona cortisol que cuando se produce en exceso puede destruir neuronas e inhibir la producción de nuevas células madre.

Evitar estas alteraciones físicas resulta poco probable ya que las reacciones fisiológicas son difíciles de controlar. Sin embargo, es factible adquirir hábitos que favorezcan un estudio a conciencia y que le permitan al alumno atravesar la situación de examen con el menor estrés posible. ¿Cuáles serían, entonces, aquellos comportamientos que favorecen un estudio eficaz?

uEl material de estudio. Un error común a la hora de preparar exámenes es estudiar de apuntes prestados. "Esto suele ser una desventaja en tiempo y comprensión", afirma Viviana Pasquale, especialista del gabinete psipedagógico de la Facultad Regional Córdoba de la Universidad Tecnológica Nacional. "El resumen como el apunte constituyen modalidades de estudio que, como técnicas, son muy personales. Cada persona al resumir ya maneja un material y lo fija", sostiene el Fernando Gasalla, encargado del departamento de orientación vocacional de la Universidad de General Sarmiento (Ungs). Recomienda "utilizar otras técnicas como los mapas conceptuales, los cuadros comparativos, los esquemas situacionales, que aprovechan mejor el tiempo".

uEl material de estudio. Un error común a la hora de preparar exámenes es estudiar de apuntes prestados. "Esto suele ser una desventaja en tiempo y comprensión", afirma Viviana Pasquale, especialista del gabinete psipedagógico de la Facultad Regional Córdoba de la Universidad Tecnológica Nacional. "El resumen como el apunte constituyen modalidades de estudio que, como técnicas, son muy personales. Cada persona al resumir ya maneja un material y lo fija", sostiene el Fernando Gasalla, encargado del departamento de orientación vocacional de la Universidad de General Sarmiento (Ungs). Recomienda "utilizar otras técnicas como los mapas conceptuales, los cuadros comparativos, los esquemas situacionales, que aprovechan mejor el tiempo".

uEl ambiente. No resulta menor la atmósfera en la que se estudie. "Debe ser un ambiente iluminado con luz solar y con una buena ventilación natural", señala Pasquale. Y Gasalla agrega que "es fundamental estudiar sentado y sobre una mesa o escritorio, para desplegar los materiales y concentrarse. Los sillones mullidos o la cama tienden al sueño".

uLos horarios. Cada persona debe conocer las horas del día en las que logra una mayor concentración. "Es preferible no estudiar por jornadas prolongadas debido a que el sistema nervioso se mantiene atento por períodos que oscilan entre 40 ó 50 minutos", indica Pasquale. "Ponerse objetivos de estudio y utilizar el reloj para evaluar el tiempo en forma objetiva resultan buenas estrategias para organizarse", subraya Gasalla.

uLas distracciones. Toda situación de examen suele presentarse de la misma manera: material extenso y tiempo escaso. "Por suerte tenemos la capacidad neurológica y cognitiva de controlar estímulos y focalizar la atención de acuerdo con objetivos personales", advierte Gasalla. Un síntoma típico de las jornadas de estudios son las continuas caminatas en busca de comida o elementos de librería. No son casuales estos síntomas, Pasquale explica que se deben a que el aprendizaje sistemático de una asignatura no suele ser placentero, aún cuando sea de interés personal. Sin embargo, estas distracciones son evitables, Gasalla advierte que la ansiedad que genera el estudio provoca que constantemente se necesiten cosas, por eso, se debe tener todo aquello que se pueda necesitar a menos de un brazo de distancia.


La misma ansiedad suele provocar hambre. "Es recomendable tomar líquidos en vez de comer. Se ha comprobado que el líquido despeja. El alimento sólido lleva a la digestión y causa desgano y sueño", advierte Gasalla.
uEstudiar en grupo. Si bien estudiar en grupo ofrece ciertas ventajas, se deben conocer las fases en que esta forma es beneficiosa o perjudicial. "Se recomienda el grupo luego de un buen manejo individual de materiales. El estudiante necesita previamente enfrentar el aprendizaje solo, entrar en contacto con los contenidos y comprenderlos a su manera. Luego, el intercambio con los demás servirá para esclarecer y fijar lo estudiado", advierte Gasalla.

uControlar la tensión. Según Fernando Gasalla, un nivel de angustia y ansiedad es necesario y normal para focalizar la atención para obtener mejores resultados, "por tanto no hay que neutralizarlo, sino incorporarlo y manejar esa tensión de forma productiva". Para que no jueguen en contra recomienda seguir algunas premisas básicas: 1) No dejarse influir por los nervios de los demás. El estudiante siempre tiene la impresión de que el resto sabe más y tiende a minimizar su aprendizaje. Hay que aprender a valorar el conocimiento obtenido durante los días de estudio. Y 2) presentarse siempre que se haya estudiado para un examen. El examen es una instancia más de aprendizaje. Se debe comprender que el profesor no evalúa personas, sino conocimientos.

uEscritos versus orales. Los nervios pueden aumentar o disminuir según el tipo de examen final. Por lo general, las evaluaciones orales suelen provocar un mayor estrés debido a la interacción directa con el profesor. Conviene conocer las diferencias entre una modalidad y otra: El escrito permite más tiempo para pensar y revisar las respuestas elaboradas y ofrece la posibilidad de bajar la ansiedad primera. Pero es importante que el estudiante lea las consignas para comprenderlas y que administre el tiempo establecido para la finalización del examen. En el caso de los orales, la inmediatez y la exposición de posibles nervios y temores pueden considerarse factores negativos, sin embargo, "la ventaja es que aquello que se diga puede ser explicado y ampliado, es decir, permite al alumno una defensa de lo dicho, mientras que en los escritos no hay vuelta atrás ni posibilidad de explicación durante la corrección", sostiene Pasquale.
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