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jueves,
15 de
diciembre de
2005 |
La jura. Desembarcó el ex canciller
Bielsa, Morini y Dalla
Fontana asumieron sus
bancas en Diputados
Con una semana de retraso, los santafesinos Parola
y Morini formalizaron su llegada a la Cámara baja
Rodolfo Montes / La Capital
Con una semana de retardo, los santafesinos Pedro Morini (Frente Progresista) y Ariel Dalla Fontana (Frente para la Victoria) juraron ayer por Dios, la Patria y los santos Evangelios en el Congreso y quedaron admitidos como nuevos diputados nacionales. Previamente, y tras una corrosiva comedia de enredos que lo llevó y lo trajo de la embajada en París en pocas horas, el rosarino Rafael Bielsa había hecho lo propio (con idéntica fórmula) por el distrito Capital Federal, extendiendo su brazo sobre una voluminosa Biblia de color azul y dando un sonoro sí.
El controvertido ex canciller se mostró sereno en el recinto, pero no pudo ocultar su abatimiento político. Luego de jurar caminó por un pasillo entre las bancas y se ubicó en la última fila, de espaldas a la pared, y a dos posiciones de una de las puertas de salida.
"Esa última fila, en la lógica del PJ, es para los que están castigados, sin juego de poder", explicó a La Capital un analista avezado en cuestiones de geopolítica parlamentaria. Pero Bielsa, una vez sentado en su butaca, recibió el saludo de una decena de colegas, incluso de otros bloques (como el duhaldista Eduardo Camaño). Y un abrazo especial de Agustín Rossi, quien luego de levantarse de su lugar clave aprovechó también para darle la bienvenida a Dalla Fontana.
Antes de entrar en escena, el hermano del Loco y de la vicegobernadora María Eugenia Bielsa le había confesado a un amigo rosarino (que recorrió 600 kilómetros "para hacerle el aguante a Rafael") que estaba tranquilo y feliz de asumir, "dispuesto a empezar, otra vez, de abajo, hacer la colimba y caminar los barrios porteños para contactarse con la gente".
El nivel intelectual y la capacidad de trabajo de Bielsa serán claramente un aporte a la Cámara baja. Pero la política es más compleja que eso, y el costo de retornar de ciertos equívocos podría devorarse hasta las mejores intenciones.
En cambio, la asunción tardía de Morini y Dalla Fontana fue producto de una disputa por los resultados electorales en San Guillermo, que tuvo como jefe comunal (buscaba la reelección) al hombre del Frente Progresista y como candidato opositor a Carlos Parola (también aspirante a diputado).
Al cabo de varios dimes y diretes con el conteo de los votos, el ganador resultó Parola (por tres sufragios), quien prefirió ser jefe comunal. En su lugar asumió entonces Dalla Fontana (el quinto en la lista de candidatos del Frente para la Victoria), un hombre del riñón del gobernador Jorge Obeid.
"No ejercimos ninguna influencia sobre Parola. Decidió quedarse con la comuna, y fue una determinación personal", explicó Dalla Fontana en el salón de los Pasos Perdidos, a metros del recinto de Diputados.
Algo esquivo al diálogo, Dalla Fontana no quiso opinar sobre la nueva etapa política que se viene en PJ provincial. Según interpretó, el Instituto Santafesino de Políticas Públicas del Frente para la Victoria, que se lanzará mañana en Rosario (con Rossi a la cabeza), "no es una agrupación política".
También desestimó que tenga contenidos ideológicos y discursivos "contrarios al senador nacional Carlos Reutemann u Obeid", al tiempo que destacó que posibilitará "que los dirigentes de 40 a 50 años vayan tomando sus posiciones". Luego partió raudo hacia el recinto. "No quiero perderme el debate", argumentó.
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Fotos
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Morini y Dalla Fontana prestan juramento como diputados nacionales.
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