Año CXXXVIII Nº 48962
La Ciudad
Política
Economía
Información Gral
El Mundo
La Región
Escenario
Opinión
Policiales
Cartas de lectores


suplementos
Ovación


suplementos
ediciones anteriores
Turismo 11/12
Mujer 11/12
Economía 11/12
Señales 11/12
Educación 10/12
Estilo 19/11

contacto

servicios
Institucional

 jueves, 15 de diciembre de 2005  
Editorial
Preservar nuestra infancia

El informe denominado "Estado mundial de la infancia 2006" que acaba de difundir Unicef no resulta muy alentador. Es que pese a que consigna que ha crecido la mortalidad infantil, indica que casi 5 millones de argentinos menores de 18 años están en alto riesgo de volverse "invisibles" para el sistema de salud si no se adoptan las medidas necesarias para mejorar el acceso a los servicios de asistencia primaria entre la población más vulnerable.

Cuando el informe se refiere al macabro término "invisibles", sostiene que muchos niños no son tenidos en cuenta y al explicar el uso de "exclusión" refiere que están con una carencia total de acceso a servicios básicos que garanticen su supervivencia.

Basta tener en cuenta que de los más de doce millones de chicos y adolescentes del país, unos tres millones y medio están en situación de pobreza en los centros urbanos. Peor aún, casi un millón y medio están en situación de indigencia. A esto se suman un 8% de recién nacidos con bajo peso y un 12% menor de 6 años es de baja talla moderada y grave.

El dramatismo del cuadro a nivel mundial tampoco deja dudas de la severa urgencia de la situación descripta: alrededor de 15 millones de chicos en el mundo han perdido a uno o ambos padres debido al HIV/sida y cerca de 1.800 menores de 15 años contraen cada día el virus. El otro azote citado que para Unicef no pasó desapercibido es que en la Argentina cerca del 10% de los chicos sufre alguna discapacidad que no es cubierta o contemplada por las obras sociales. Tanto o más serio aún, la propia sociedad carece de posibilidades de insertarlos y ofrecerles posibilidades laborales.

Si bien no se trata de observar la realidad con pesimismo, es importante que las autoridades a todo nivel tomen conciencia y se preocupen. Y por sobre todo que sean capaces de crear políticas públicas superadoras para permitan avanzar por sobre este cuadro. Porque si bien funcionan organizaciones e instituciones capaces de ofrecer su solidaridad de manera efectiva, es el Estado el responsable número uno. Hay gente que sufre y padece. Y mirar hacia otro lado o reaccionar con lentitud podría significar el suicidio como Nación.
enviar nota por e-mail
contacto
Búsqueda avanzada Archivo

  La Capital Copyright 2003 | Todos los derechos reservados