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 jueves, 15 de diciembre de 2005  
Una paquistaní sobrevivió 65 días en su casa demolida por un sismo
Sufre rigidez muscular, pero se recupera en un hospital de Cachemira

Después de dos meses del terremoto que destruyera extensas zonas de India, Cachemira y el norte de Paquistán, Naqsha Bibi, una mujer de 40 años, fue hallada viva bajo las ruinas de su casa en Cachemira.

Tras el sorprendente rescate, Naqsha sufre de rigidez en los músculos y su salud está tan débil que apenas puede hablar. Pesa menos de 35 kilos, pero desde que fue trasladada a Muzaffarabad, la capital de la Cachemira pakistaní, está recibiendo una dieta líquida y ha mostrado algunas señales de recuperación. Los médicos dijeron que ayer sonrió.

Al ser consultado sobre cómo una persona puede sobrevivir por tanto tiempo en esas condiciones, uno de los médicos, Abdul Hamid, dijo que "la ciencia médica puede negarse a aceptarlo, pero efectivamente hay milagros".

"No la estábamos buscando", admite Faiz Din, el primo que encontró a la mujer. Hasta el 8 de octubre, cuando el terremoto atacó la región, Naqsha y su familia vivían en el campo de refugiados de Kamsar, a unos seis kilómetros de Muzaffarabad.

El lugar fue creado en 1990 para pobladores provenientes de la zona de Cachemira controlada por India, que quedaron atrapados en aquel sector cuando la frontera fue cerrada en medio de crecientes tensiones entre Pakistán e India.

Faiz Din dijo que ya habían agotado todos los esfuerzos. "Pensamos que Naqsha había caído por el monte o que estaba en algún campo de refugiados en la ciudad". Y es que algunas de las casas del campo de refugiados donde ellos vivían colapsaron tras el terremoto y cayeron al río. "Francamente, estábamos tan ocupados cuidando a nuestras propias familias, que nadie se puso a pensar qué pasó en la casa del vecino", agregó Faiz Din.

Todo indica que Naqsha quedó atrapada en la cocina cuando su pequeña casa se vino abajo. El espacio donde fue encontrada ni siquiera era lo suficientemente grande como para permitirle mover sus brazos o piernas. Durante los 63 días que permaneció atrapada en esta especie de tumba, sus músculos se anquilosaron.

En la cama del hospital donde ahora permanece, aún mantiene la posición fetal en la estuvo bajo los escombros y los médicos aseguran que necesitará un largo tratamiento terapéutico para recuperar su posición original.

Faiz Din dice que había algunos restos de comida alrededor del lugar donde la encontraron. El aire en el minúsculo espacio que la albergaba era fresco, razón por la cual se cree que existía algún tipo de corriente que se colaba entre los escombros. Y también había un hilito de agua en un costado que se filtraba por la cocina.

"Comenzamos a limpiar los restos de la casa para conseguir láminas de hierro que nos permitieran cobijarnos", señaló Din. "Pero mientras despejábamos la casa, una parte de los escombros se cayó, dejando al descubierto la cavidad donde ella estaba".
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Naqsha Bibi 40 años, pesa 35 kilos y aún no puede hablar.

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