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jueves,
15 de
diciembre de
2005 |
Inspectores de
tránsito coimeros II
Todos lo saben pero pocos se animan a denunciarlo. Los inspectores motorizados de la Dirección General de Tránsito gozan de protección para coimear. ¿Recaudan para si mismos o lo hacen para la máxima autoridad de la repartición? La conducta de ciudadanos valientes como los lectores Nicolás Mandagaran y Martín Arnesi, puestas a la luz pública y reflejadas en esta columna, nos renuevan las esperanzas de que la corrupción al menos no sacará patente de impunidad en Rosario. Invito a Nicolás, a Martín y a todos quienes hayan pasado por las mismas circunstancias a presentarse ante el Juzgado de Instrucción de la 8ª Nominación, a cargo del doctor Juan José Pazos, a realizar la denuncia (pueden solicitar que sean integradas a la causa Nº 781/05), y hacerlo también en el 2º piso de la Municipalidad ante el director de Investigaciones Administrativas, doctor Ricardo Brunet (pueden pedir que sean integradas a varias denuncias que están radicadas allí desde el 20 de setiembre de 2005). Finalmente, le pido al señor intendente que analice la intervención de esa repartición y vaya hasta el hueso, que entre ojos de gato y cascos para ciclistas encontrará mucho más.
José Cándido
DNI 7.890.098
N de R: La carta de Nicolás Mandagaran se publicó el 8 de diciembre y la de Martín Arnesi, el 9. Ambos planteaban situaciones parecidas: mientras circulaban con sus motos, con todo en regla, creyeron percibir que los inspectores de Tránsito buscaron cualquier excusa para poder pedirles una coima a cambio de no enviar sus rodados al corralón.
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