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viernes,
02 de
diciembre de
2005 |
Embelesamiento con Diego Maradona
Me sorprende el embelesamiento que la cámara televisiva tiene con Diego Armando Maradona. Cuando concurre a partidos de Boca Juniors, la cámara no le pierde pisada, gesto, ni ademán. Igual ocurre cuando juega un picado con otros veteranos, entonces todos los noticieros concurren a filmarlo y lo convierten en noticia nacional. Diego Armando Maradona fue, repito y subrayo "fue", un excelente jugador de fútbol, nos emocionó a todos con aquel segundo gol contra los ingleses en México, gol equiparable (pero no superior) al que Antonio Grillo convirtiera contra la selección británica en Buenos Aires. Desde entonces para acá ha perdido forma, carece de plasticidad, ya no brinda aquellos espectáculos, es por su edad, naturalmente, un físico que decae. A esa condición agrega una contradictoria variedad de tatuajes que poco ayudan al lucimiento físico. Sus ademanes y gestos, acordes con su discurso, son denotativos de la generosa vulgaridad que lo adorna. Por lo menos así lo veo yo.
Francisco della Rovere
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