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domingo,
13 de
noviembre de
2005 |
Opinión: La última ficha de Zof
Luis Alberto Yorlano / Especial para La Capital
A Angel Zof se le terminó la plata dulce en la ruleta que se instaló en este fútbol negocio. Tiene una sola ficha. No le queda nada para coronar y debe jugar un pleno. Ya no tiene a quien culpar de los fracasos que viene soportando Central hace bastante tiempo. Es cierto que tuvo algunos resultados importantes, pero todo era como consecuencia del hambre de los jugadores. El primer error fue contratar al uruguayo Víctor Púa como DT.
Mientras su imagen se deterioraba, otros iban allanando el camino para irrumpir como salvadores de una trama que había sido fabricada dentro de las mismas paredes que cobijaban al DT charrúa. Cuando los periodistas hablaban con sus posibles reemplazantes, decían que aún el tiempo no había llegado. Y llegó, y fue Zof el que tomó las riendas. Y después vendría Cuffaro Russo, pero siempre bajo la mirada de don Angel, con la intención de aparecer en los momentos oportunos como el salvador.
El presidente del club se llenaba la boca cuando las cosas iban bien: "A Zof lo traje yo", decía. Hoy, Scarabino, es Zofdependiente. Y lo sabe, y no moverá un dedo sin antes consultar al hombre que lo ayudó a ser presidente. Pero también sabe que cuando necesite otras piezas de recambio político (Palma, Poy y otros), no estarán porque su hombre de confianza se encargó de que se sintieran mal y pegaran un portazo.
A partir de ahora la geografía centralista no es la misma. Vendrán momentos y nombres de transición en la conducción futbolística. Aparecerán los empresarios con los nombres salvadores. Cuando Sergio Faletto, el periodista de Ovacion, escribió que Cuffaro Russo no era el único responsable de la situación, también le cabía responsabilidad a Zof. Este, con la experiencia que le dan los años de técnico y los vividos, comenzó a moverse a partir de los afectos, y las cosas no le fueron bien. Buscó la solución a través de su yerno Alejandro Mur, preparador físico de Edgardo Bauza, hoy en Colón, para que el Patón vuelva a Central, pero Bauza le dijo que no, ya que mientras esté Scarabino no dirigirá a Central.
Las cosas están muy enrarecidas, los barrabravas que castigaban a los hinchas cuando gritaban contra Cuffaro, el viernes se sumaron al rechazo por el técnico, antes protegido. ¿Será porque no les pone sus jugadores? Mientras tanto, camuflado y a la expectativa, está Hugo Galloni, a quien algunos, con marcados intereses, lo ven acompañando a Zof, hasta el final del Apertura. Se relame y espera que se concrete lo que desde las sombras fue construyendo: ser técnico de Central, sin importar las consecuencias.
Pero las cosas no son fáciles. Las opiniones están confrontadas. Scarabino no piensa igual que su secretario Gonzalo Estévez, que en el comienzo de la semana se reunió con Marchetta. Pedro es un técnico que el presidente detesta, pero es amigo de Vanrell. Por eso fue atendido por Estévez, que tiene el aval del ex vicegobernador para ser candidato a presidente. Por el lado de Scarabino, un periodista amigo de Capital, le habría sugerido contratar a Oscar Ruggeri, mientras que otro grupo, también integrado por gente de prensa sugirió a Gorosito, antes de su renuncia en Lanús y otros más osados hablan de Mario Kempes.
Cuffaro se quedó sin crédito. Zof sabe que puede ser el próximo. Y como Scarabino conoce mejor que nadie que Central es fútbol, no sería raro pensar que se tome del mantel sin dejar nada sobre la mesa.
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