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domingo,
30 de
octubre de
2005 |
El emprendimiento se desarrollará en el predio que pertenecía al Colegio Hermanos Maristas
Griffa, formador de campeones, inaugura su academia
Jorge Bernardo Griffa lanzará mañana un proyecto soñado: una academia para forjar jóvenes a través del fútbol
Sobre su curtido rostro se pueden percibir las huellas que va dejando el paso del tiempo. Más de tres décadas abocado a una pasión que no conoce límites. Vive junto a su selecto grupo de trabajo en pos de mejorar la calidad de los futuros proyectos que supervisa. Jorge Bernardo Griffa es una auténtica marca registrada en la formación de juveniles. Donde estuvo desató una revolución productiva. Pero el Maestro tenía desde años un sueño propio. Lo habló con sus amigos Eduardo Bermúdez y Raúl Oliveros, y se hará posible a partir de mañana, cuando a las 12.30 presida el lanzamiento oficial de la Academia, que llevará impreso su nombre y sello. El búnker donde a partir de enero próximo se albergarán los sueños de cientos de chicos que pasarán a integrar sus filas será el ex campo de deportes del colegio Hermanos Maristas, en Granadero Baigorria. El ex coordinador de Newell's y Boca dialogó con Ovacion y se mostró orgulloso de retornar a la ciudad que lo lanzó a la fama
-¿Qué es lo que pretende hacer de distinto en la Academia?
-Darle la posibilidad de una formación a todos aquellos chicos que no lo pueden tener por problemas de sociales, de horarios, o por la rigurosidad competitiva con la que se manejan en otros lugares. Aquí tendrán su lugar, sepan o no jugar. Esta premisa va acompañada por un orden de trabajo y con el objetivo de que puedan crecer con la ilusión de llegar a primera división, pero siempre divirtiéndose.
-¿Cuál es la edad de inicio?
-A partir de los cinco años, por eso el proyecto contempla la idea de brindarle al chico una integración general, porque el fútbol es importante para el crecimiento físico, pero también esa convivencia y relación permanente lo ayudará a crecer en sociedad. Hay que enseñarle al niño que este deporte es una parte de la vida y que de alguna manera lo puede hacer evolucionar en todos los sentidos.
-Este proyecto es habitual en Estados Unidos, pero no aquí.
-Sí, es así. Pero la idea es además aprovechar mi experiencia para brindar cursos a directores técnicos y directores generales de los juveniles.
-¿Tienen en mente realizar una pensión para albergar promesas del interior?
-No, en este momento eso no lo tenemos en carpeta. Lo que sí quiero dejar sentado es que los padres se pueden quedar tranquilos y gustosos porque podrán ver a sus hijos correr y jugar en un lugar cómodo y seguro.
-¿Y quitarle presión como tienen en los clubes?
-Sí, seguro. Por eso es que descalificamos, en este caso, la alta competencia, más allá de que todos quieren ser el mejor siempre, ya sea jugador, técnico o preparador físico. Por eso, al chico hay que enseñarle a jugar y a practicar porque una cosa es el estímulo y otra la presión. La presión te lleva a la autopresión y el estímulo al autoestímulo. Mirá que fácil suena que con una sola palabra cambia radicalmente la orientación del chico.
-¿Cómo volcará ese mensaje a la práctica?
-Cuando le digo a un técnico que no maneje la presión porque se transforma en autopresión. En cambio, que haga hincapié en el estímulo porque ahí el chico podrá notar todos los valores importantes que tiene para crecer. La presión es decirle a un juvenil que tiene que ganar. Y acá no se apuntará a eso.
-¿Apuntan a trabajarlo en la faz psicológica?
-En el fútbol está la parte técnica, física y psicológica. Las tres armas son muy importantes. No sólo para crecer en el fútbol sino en la vida. Hay que apuntar también al desarrollo del juvenil, pero a través de todos estos argumentos. Es decir, en base a lo que trae de cuna y a su poder de captación. Una cosa es ver el fútbol, otra es conocer y otra cómo se trabaja el fútbol juvenil. Por eso en la Academia apuntaremos a formar al chico en todo aspecto. Lo haremos sin presiones, sin exigencias y con mucho diálogo.
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