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domingo,
30 de
octubre de
2005 |
La guerra al fumador es
clave para la recaudación
El 40% de la población adulta de la Argentina fuma. Esto hace que el mercado sea de unos 180 millones de atados al mes y se muevan alrededor de 5 mil millones de pesos anuales. Datos importantes para entender por qué el Estado grava la comercialización con el 68% de impuestos sobre marquilla.
Massalin Particulares, con sus marcas Marlboro, Phillip Morris, L&M, Parliament, Le Mans, Chesterfield, Benson & Hedges, Virginia Slims y Colorado produce el 64%. Nobleza Piccardo, con Camel, Jockey Club, Derby, Gitanes, Parisiennes, Pall Mall y Viceroy, tiene el 35%.
En marzo, el Congreso no apoyó un incremento de la carga tributaria sobre los cigarrillos y Economía negoció un nuevo pacto fiscal con las empresas, que se comprometieron a aportar 3.750 millones de pesos a las arcas públicas en 2004 y 4.000 millones en 2005, frente a los 2.500 millones que habían arrimado en 2003.
Para lograr esto aumentaron los precios entre 50 y 70 centavos, pero tuvieron que revisar los números ya que los fumadores se volcaron a marcas más económicas. Esto explica en parte el auge de estas marcas. Además, como no llegaron a cubrir el compromiso de recaudación con el gobierno, se vieron obligadas a retocar los precios otros 50 centavos sobre fin de año.
Desde las grandes, y en estricto off the record, un ex ejecutivo reconoció que al bajar los precios se genera un doble impacto negativo: impide el cumplimiento de las metas fiscales y se atenta contra el Fondo del Tabaco, una regalía a las provincias tabacaleras.
Para el Ministerio de Salud los gastos que implican los daños ocasionados por el tabaco justifican con creces las cargas impositivas y recomiendan aumentarlas un 25% más.
No obstante, el conflicto es el decreto 295, de marzo de 2004. Esta norma obliga a las fábricas a tributar por atado el 75% del impuesto que paga la categoría más vendida. Los más vendidos son los caros de las dos grandes multinacionales. El decreto impone un precio mínimo, que está por encima de los 1,40 a 1,60 peso en el que se ubican las marcas baratas. Las chicas apelaron judicialmente el decreto y lograron amparos tribunalicios. Si no tienen éxito, muchas pymes desaparecerían de un plumazo. Otro efecto podría ser el aumento del contrabando.
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