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 viernes, 28 de octubre de 2005  
Peligrosa pasividad frente a la gripe aviaria en Asia

Frank Brandmaier

Singapur. - La población en Europa está preocupada. Muchas personas están haciendo acopio de medicamentos contra la gripe. En los medios periodísticos, la gripe aviaria es el tema candente. En el sureste asiático, sin embargo, donde el peligroso virus H5N1 se ha cobrado hasta ahora la vida de 62 personas, la imagen es distinta. Acostumbrados desde siempre a convivir con las aves de corral, muchas personas se comportan de una forma que para los ojos occidentales supone una pasividad sorprendente y que entre los expertos hace sonar las campanas de alerta. "Las autoridades nos cuentan todos los días algo de la gripe aviaria", dice Pham Van Hum, un comerciante de pollos y patos en Hanoi, la capital de Vietnam. "Si fuese mortal, entonces seríamos nosotros los primeros en morir", concluye. Más de 40 personas en Vietnam han muerto por la enfermedad desde que ésta surgió a finales de 2003, tantos como en ningún otro país. Nadie en el mercado de Long Bien se ha infectado hasta ahora, argumenta Hung. Hace 15 años morían muchas más aves, recuerda uno de los colegas de oficio de Hung. "La gente se las comía, no había problema".

Los expertos sanitarios vietnamitas conocen la espontaneidad de sus compatriotas. "Que nuestra lucha contra la gripe aviaria tenga éxito es algo que depende en su mayor parte de cambiar la conciencia de la gente", dice Dau Ngoc Hao, director de la sección veterinaria en el Ministerio para Desarrollo Agrícola en Hanoi.

Lo juntos que viven animales y personas en el sureste de Asia se puede observar especialmente en el campo. Los establos están directamente al lado de casas y cabañas. Las aves de corral corren por lo general libremente, entre niños que juegan y mujeres que lavan. Casi todos los hogares ponen la mesa con pollos, patos o gansos propios, criados y mantenidos por la familia. "Este es un tema muy delicado con mucha relevancia política porque roza la base de la existencia de muchas personas", dice Somchai Peeratkorn, experto en gripe aviaria de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en Tailandia.

Tailandia es, con hasta ahora 13 muertos, el segundo país más afectado por la gripe aviaria. Sin la vacunación de las aves de corral, pero con un presupuesto de unos 83 millones de euros, Bangkok pretende atajar la enfermedad en los próximos tres años.

Pero en el sureste asiático, la matanza de millones de aves para atajar la epidemia es más fácil de decir que hacer. "El gobierno simplemente no tiene dinero suficiente para indemnizar a los criadores", dice Suharsono, experto indonesio en el tema del Ministerio de Agricultura. "Se necesitaría mucho más dinero".

Vietnam emprendió ese camino y mató como medida de prevención a millones de aves. Ahora, el gobierno comunista en Hanoi trata, en un acto de fuerza, de vacunar a todas. Pero el sistema se enfrenta con obstáculos difíciles de superar. Remuneraciones escasas para los que vacunen a sus aves y poca claridad sobre qué animales han sido ya vacunados y una tardanza en la llegada de las vacunas son ya un indicio de que la campaña no podrá cumplir todos los objetivos. "En las provincias del delta del Mekong, los granjeros esconden a sus aves para que no sean vacunadas", dice el veterinario Hoo, del Ministerio para Desarrollo Agrícola en Hanoi. E incluso aunque la gente conozca el peligro, es muy difícil hacer desaparecer las tradiciones antiguas. (DPA)
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