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viernes,
28 de
octubre de
2005 |
La Iglesia Luterana sueca
bendecirá a parejas gay
Se toma como un paso adelante para alcanzar el matrimonio. Protestas de conservadores y católicos
La Iglesia Luterana sueca dio un paso adelante para bendecir la unión de parejas homosexuales, despertando protestas de conservadores y católicos y el aplauso condicional de la comunidad gay, que dice que todavía tiene un largo camino por recorrer hasta conseguir el matrimonio.
Las uniones homosexuales registradas con autoridades civiles serán capaces de recibir una bendición oficial de la Iglesia desde el año próximo.
"Los homosexuales han sido perseguidos y ridiculizados en la sociedad por la Iglesia. La decisión de ayer puede ser vista como un paso hacia una reparación", dijo ayer el obispo luterano de Linkoping, Martin Lind.
El tema de las uniones homosexuales divide a las comunidades de la iglesia entre laicos y sacerdotes alrededor del mundo. Según reportes, el Vaticano está considerando permitir que hombres homosexuales sean curas si son célibes.
Los anglicanos están cerca de un cisma sobre los derechos de los homosexuales con los conservadores y muchas iglesias en los países en desarrollo en contra, pero con Canadá realizando bendiciones y la Iglesia de Gran Bretaña sostiene ceremonias no oficiales y considera las uniones gay para los vicarios.
Los metodistas ahora permiten bendiciones a parejas del mismo sexo en Gran Bretaña, pero no en los Estados Unidos.
La decisión sueca tomada por un consejo de la Iglesia, integrado por clérigos de alto rango y miembros laicos electos, muchos representando a partidos políticos, fue aprobada por una mayoría, pero hubo disensos.
Renuncias a la Iglesia
"Voy a dejar la Iglesia de Suecia", dijo Nils Ola Andersson de los demócratas cristianos. Se esperaba que otros lo siguieran. Mientras un 80 por ciento de la población sueca de nueve millones de personas es miembro nominal de la Iglesia, ésta se separó del Estado en el 2000 y tiene una baja adhesión en uno de los mayores países seculares del mundo.
La Iglesia ordenó a su primera mujer cura en 1960 y el saliente arzobispo K.G. Hammar está tan favor de los homosexuales que el Papa Juan Pablo II canceló una audiencia con él en 1998.
Pastores de la costa oeste de Suecia formaron un cisma en protesta por el ordenamiento de mujeres y homosexuales.
El obispo católico de Estocolmo, Anders Arborelius, dijo que condenaba la discriminación contra los homosexuales y que estaba "alarmado por los crímenes de odio que sufren. Pero lamentamos profundamente que la Iglesia de Suecia introduzca una bendición para las parejas homosexuales". (Reuters)
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