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martes,
11 de
octubre de
2005 |
Asesinaron a puñaladas a un joven
en la puerta de la casa de su novia
Fue en barrio Acíndar. La chica lo oyó gritar, salió a la calle y lo vio ensangrentado. Murió en sus brazos
Un muchacho que estuvo preso en la cárcel de Rosario murió tras ser apuñalado en la madrugada de ayer durante una pelea que protagonizó con otros hombres en el barrio Acíndar. Los investigadores policiales presumen que los motivos del crimen hay que buscarlos en una venganza.
Según indicó una fuente policial, Walter Antonio Rodríguez tenía 30 años y hacía poco tiempo tiempo que había salido de la Unidad Penal Nº3, donde había cumplido una condena por robo a mano armada. Los pesquisas reconstruyeron el suceso a partir del relato de la novia de Rodríguez, que fue testigo de la consumación del crimen.
El violento episodio ocurrió en Traful al 3700, una cortada de una cuadra de extensión, situada en el límite sur del barrio Acíndar. La calzada es angosta y linda con una planta transformadora de la Empresa Provincial de la Energía. La arteria está poblada por vistosos chalés en un vecindario de clase media.
Marcela Guevara, de 29 años, era la novia desde hacía dos meses de Rodríguez y vive en una casa ubicada en Traful 3778. Ella auxilió al muchacho tras el ataque, pero contempló estremecida cómo se moría en sus brazos.
Cerca de las 5.30 de ayer, Walter se marchó de la vivienda de Marcela aparentemente hacia su casa de la zona sur. No llegó muy lejos. Al parecer, tres o cuatro hombres se interpusieron en su camino. Los propios gritos del muchacho sobresaltaron a Marcela. "Pará, pará", repitió Walter a sus atacantes, según ella lo oyó exclamar.
La joven se asomó por la ventana de su casa y distinguió cómo su novio se trenzaba en una pelea con los agresores. "Lo arrinconaron y le asestaron varios puñaladas", explicó una fuente policial.
Rodríguez recibió una cuchillada en el hemitórax izquierdo, otra en el hipocondrio izquierdo y en otras partes del cuerpo. El muchacho quedó tendido en el suelo y los agresores escaparon mientras Marcela socorría a su novio. "Alcanzó a levantarlo, pero ya estaba muerto", comentó el vocero consultado.
Ayer a la tarde, nadie respondió el llamado de La Capital en la casa de Marcela. A unos pocos metros una pareja sentada en la vereda dijo que desconocía detalles del incidente. "Ninguno de los vecinos sabe nada", se limitó a decir una mujer de unos 50 años.
Hasta anoche, la policía no había localizado a los autores del crimen. El caso es investigado por la comisaría 18ª.
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