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martes,
11 de
octubre de
2005 |
Desastre. Habría más de 41 mil víctimas fatales por el sismo que asoló la región de Cachemira
Caos en Pakistán: crecen los muertos por el terremoto
Hubo saqueos en la ciudad de Muzaffarabad, cuyos habitantes demandan alimentos y asistencia médica
La cifra de muertos del peor terremoto que ha sufrido el sur de Asia en décadas seguía aumentando ayer, con estimaciones que superaban los 41.000 muertos, similar número de heridos y miles más de desaparecidos, mientras la ayuda internacional empieza a llegar a la zona más crítica, en Pakistán, y los servicios de emergencia buscan desesperadamente a sobrevivientes del sismo.
La cifra confirmada de muertos en Pakistán superaba las 20 mil personas, mientras que funcionarios indios dijeron que otras 2.000 personas podrían haber muerto en su país y que se desconoce el destino de cerca de 10.000 habitantes de las remotas ciudades en la frontera con Pakistán. Entre los desaparecidos también hay europeos, árabes y japoneses.
Algunos países anunciaron decenas de millones de dólares para socorrer a Pakistán y cooperación con especialistas, médicos, helicópteros, alimentos, carpas y perros sabuesos, pero había frustración entre las víctimas por la falta de ayuda visible.
Ola de saqueos
El terremoto de magnitud 7,7 del sábado destruyó la ciudad de Muzaffarabad, capital de la Cachemira paquistaní, de 600.000 habitantes. No hay electricidad ni agua, los rescatistas apenas inician la ayuda a las legiones de desamparados. Muchas personas están heridas y apenas comen mendrugos desde hace días.
La búsqueda de comida tomó ayer un cariz violento. Decenas de hombres, jóvenes y viejos, enfrentaron a los dueños de tiendas, y ambos bandos intercambiaron pedradas y palazos. Los saqueadores aparentemente se llevaron la peor parte, ya que huyeron y algunos resultaron heridos. Al otro lado de la calle, otros robaban harina de tiendas desiertas.
En una calle junto al río Jhelum, cerca del centro de la ciudad, la gente abrió huecos en cuatro tiendas derrumbadas para sacar arroz y otros alimentos. "No hemos comido nada en dos o tres días. Las tiendas están cerradas y el gobierno no nos da nada", dijo un hombre de 20 años que sacaba algunas mercaderías y no quiso identificarse. "Estamos desesperados y hambrientos", agregó.
Al respecto, funcionarios del gobierno nacional dijeron que la búsqueda de sobrevivientes entre miles de personas enterradas entre los escombros de casas, oficinas y escuelas tiene prioridad sobre la defensa de la propiedad privada.
Las agencias de ayuda dijeron que más de 120.000 personas necesitaban refugio urgente y casi cuatro millones podrían quedar sin hogar tras el sismo más fuerte del sur de Asia en 100 años.
El ministro de Información paquistaní, Sheikh Rashid Ahmed, dijo que se había confirmado la muerte de más de 20.000 personas en Pakistán, pero señaló que la cifra podría aumentar.
Las autoridades en la Provincia Fronteriza del Noroeste y en la Cachemira paquistaní indicaron que el número final de muertos podría alcanzar los 40.000.
Paisaje del horror
Pakistán reaccionó tranquilo ante la oferta de India de enviar tropas para ayudar en las tareas de rescate en el lado paquistaní de la Cachemira, un territorio disputado por ambos países.
"El gobierno indio está realizando operaciones de rescate. Si es necesario, los ayudaremos como nos ofrecieron a nosotros", dijo la portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores, Tasnim Aslam..
A pesar de eso y las grandes promesas de ayuda de otros países, hubo poco o casi nada de atención médica a los más de 40.000 heridos en Pakistán.
En Muzaffarabad, prácticamente cada uno de sus edificios resultó destruido o dañado.
La gente arrastraba los cuerpos en descomposición a través de calles destrozadas. Un recinto deportivo se convirtió en un centro para heridos, en albergue para aquellos que quedaron sin hogar y en morgue provisoria.
Cientos de personas se agrupaban a la sombra de pedazos de ropa colgadas para protegerse del sol, mientras numerosos heridos yacían en hamacas esperando helicópteros para ser evacuados. Una docena de cuerpos envueltos en sábanas blancas estaban tendidos cerca del lugar.
Aún habían cuerpos bajo las ruinas y autos atrapados bajo escombros. Y miles de personas tuvieron que dormir a la intemperie a pesar del frío y de las lluvias.
"La gente está sin ayuda. Mi casa está completamente destruida. Aún hay dos cadáveres dentro, mis parientes", dijo Raja Iftikhar, periodista y residente del lugar.
Un médico que atendía a los heridos, Khalid Querishi, advirtió sobre posibles infecciones secundarias. "La única solución es moverlos de aquí porque luego de un tiempo el hedor de los cadáveres se volverá insoportable. Va a tomar tiempo remover los cuerpos", señaló. (AP, DPA y Reuters)
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Fotos
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Un habitante de Muzaffarabad contempla los restos de su casa.
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