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 domingo, 25 de septiembre de 2005  
Apropol enfrenta la hora de la fractura interna
Tras un año de actos de alta exposición, los dirigentes del no reconocido gremio policial están divididos

La Asociación Profesional Policial (Apropol), que supo encauzar los reclamos de mejores condiciones de trabajo para la tropa y que denunció situaciones de corrupción en la fuerza, enfrenta hoy una división entre el grupo que apoya al secretario general del gremio, el oficial auxiliar Alberto Martínez, y los que exigen su separación del cargo por presunta irregularidades en el manejo de dinero dentro de la misma institución.

Las fuertes pujas internas hicieron que la entidad -no reconocida oficialmente por el gobierno- perdiera el inmueble donde funcionaba su sede y que sus principales referentes queden envueltos en un cruce de acusaciones.

Martínez calificó los cuestionamientos recibidos en su contra como "un problema de disciplina interna con un grupo de tres personas. El resto de la organización trabaja orgánicamente". Ellos son el sargento ayudante Roque Palermo, el cabo Ever Palermo, el subcomisario José Arce y el cabo primero Sergio Falaschetti. Hace 9 días, este último policía se atrincheró en su lugar de trabajo, el destacamento policial del Hospital Provincial, y amenazó con volarse la cabeza de un tiro si el gobierno no reveía las sanciones impuestas a los otros tres por el acuartelamiento del 12 de abril.

Al revés, Falaschetti, Arce y los Palermo acusaron a Martínez en un comunicado -con el membrete y sello de la entidad no reconocida- por manejos fraudulentos con fondos gremiales cuya rendición de cuentas le fue exigida.

Así emergió sobre la superficie una interna dentro del grupo que coloca a sus dirigentes en una situación más que incómoda pero que tal vez no opaque aquello que le dio una cierta dimensión pública: los reclamos por equipamiento, las condiciones laborales de los policías, las denuncias de casos graves de malversación de combustible o enriquecimiento ilícito de algunos jefes tuvieron un arraigo que fue más allá de estos dirigentes devorados ahora por la controversia.

Martínez tildó a sus detractores como "un grupo minúsculo que suele desconocer las resoluciones de la comisión directiva". El dirigente recordó que los problemas dentro de la incipiente entidad se dieron a partir de la participación de algunos afiliados en la protesta realizada por policías de Córdoba. También responsabilizó a ese mismo sector de que Apropol "haya perdido el alquiler de su sede gremial, ya que la dueña decidió rescindir el contrato de alquiler por la forma violenta con que algunas de esas personas se manejaron en una oportunidad".

Con sus denuncias, algunas de alta verosimilitud, por corrupción contra cúpulas policiales, con el autoacuartelamiento del 12 de abril, con irrupciones en el Concejo Municipal, con las reivindicaciones laborales atendibles Apropol representó un grano para el gobierno provincial que ahora observa en silencio sus corcoveos internos.
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