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 domingo, 25 de septiembre de 2005  
La nueva caída del Rusito en zona sur
En 1998, a los 16 años, baleó un colectivo y mató a una mujer que iba con su hija en brazos. Lo declararon responsable por ese caso y estuvo internado. Se llama Walter Paré y ayer lo apresaron por robo a mano armada

Cayó preso el Rusito Paré. Fue por un robo calificado ocurrido el último martes en un minimarket de donde, junto a un cómplice y a mano armada, se llevó 150 pesos. El detenido, que hoy tiene 23 años, cuenta entre sus antecedentes el haber sido declarado responsable del asesinato de Miriam Ruiz Díaz el 4 de octubre de 1998. La mujer, quien bajaba de un colectivo de la línea 145 con su beba de 13 meses en brazos, fue alcanzada por una bala calibre 9 milímetros disparada por el Rusito, quien en ese momento tenía 16 años. Casi cinco años después del crimen, en 2003, la Justicia consideró que no era necesario condenar al joven por el homicidio ya que el muchacho estuvo alojado, gozando de buen concepto, en el Hogar de Menores de General Lagos.

El Rusito es en realidad Walter Alejandro Paré. Tiene 23 años y ayer a la mañana perdió cuando efectivos de la seccional 11ª lo detuvieron en Lorenzini entre Gutiérrez y Sánchez de Thompson cuando manejaba un Chevrolet Corsa color rojo. La policía lo buscaba como sospechoso de haber participado en un robo calificado el martes pasado en un minimarket de Salva al 6300. Según cuentan los pesquisas, ese día cerca del mediodía un hombre con un maletín ingresó al local. Una vez que había ingresado, se colocó una media de mujer en la cabeza y empuñando un arma de fuego redujo a las dos personas que atendían el comercio.

A los empujones, el hampón llevó a sus víctimas a la cocina del lugar. Los hizo tirar boca abajo en el piso y en ese momento entró su cómplice: el Rusito. Para ese momento el robo ya era un trámite. Los dos ladrones se hicieron con 150 pesos en efectivo y se fueron. A partir de ese momento, y trabajando sobre los testimonios de los testigos, los vigilantes comenzaron a buscar al Rusito. Fue así que ayer por la mañana lo vieron pasar en un Corsa rojo que, según comentaron los investigadores, "estaba limpio" y lo detuvieron.

Una fuente de la investigación comentó que "cuando se estaba realizando el acta de procedimiento en la seccional 11ª por Paré, llegó a la comisaría un hombre preguntando los por qué de la detención", explicó el informante. El reclamante, según los uniformados, respondía a la descripción del enmascarado que había actuado como socio del Rusito. Así que también quedó detenido. Fue identificado por la policía como Hernán David Arduvino, de 28 años. Ambos, según la policía, tienen "frondosos antecedentes" con delitos contra la propiedad fundamentalmente.


Los disparos del Rusito
Al conocerse sobre la detención del Rusito fue imposible no recordar lo ocurrido la noche del domingo 4 de octubre de 1998. El reloj estaba por marcar las 21, cuando el chofer del interno 10 de la línea 145 escuchó el timbre. El hombre comenzó a disminuir la velocidad del micro para que descendiera una pareja que viajaba con una pequeña beba en Gutiérrez y Cepeda. La familia llegaba al barrio del Parque del Mercado luego de llevar a su hija al Hospital de Niños. Cuando la mujer comenzó el descenso, se escucharon tres detonaciones. "Mi señora todavía estaba arriba del colectivo y yo estaba bajando cuando escuché los disparos", contó en aquel momento Alfredo Saldaña. "Me di vuelta y vi que le habían disparado. Escuché que me llamó, caminó unos metros y cayó sobre la vereda", relató la pareja de Miriam. Uno de los disparo le había pegado en la nuca.

Miriam Raquel Ruiz Díaz murió casi inmediatamente. A los 23 años tenía, además de la beba de 13 meses, otro hijo de seis años. Los vecinos contaron que los disparos, de pistola calibre 9 milímetros, habían partido del arma que llevaban dos muchachos que circulaban en un ciclomotor. Las descripciones de los testigos condujeron a los pesquisas de la Brigada de Homicidios hacia el Rusito. Fue así que cuatro horas después de la muerte de Miriam, el Rusito fue detenido en la esquina de bulevar Seguí y Ayacucho.

Abrumados por las pruebas en su contra, la estrategia de la defensa de Paré lo llevó a confesarse como autor de los disparos que impactaron contra el colectivo y mataron a Miriam. Pero el Rusito dijo que no había querido abrir fuego contra el colectivo de la 145, sino que el arma se le disparó accidentalmente. El motivo: los baches en el pavimento hicieron que la moto corcoveara impidiéndole dominar la pistola. Pero las primeras pericias ordenadas por el juez Juan Artigas fueron contundentes.

Un técnico criminalístico de la sección Balística de la policía provincial reportó que los tres disparos que atravesaron el 145 habían partido de una pistola calibre 9 milímetros con manejo de puntería. El especialista hizo hincapié en que el arma, en el momento de ser accionada, se hallaba controlada y quien disparó estaba en movimiento. Esto se sumó a que por lo menos dos informes policiales destacaban que en el lugar del hecho el pavimento estaba en óptima condiciones, sin ondulaciones.

Pero el dato revelador que aportó el perito fue que una pistola de las características de la calibre 9 milímetros jamás puede originar disparos casuales a repetición. Para que el arma se dispare hay que accionar el gatillo. No produce efecto de ráfaga, tipo metralla. Lo que determinó que cada uno de los disparos fue el resultado de una determinación voluntaria. El juez valoró estás pericias y consideró al Rusito Paré como responsable de homicidio simple por dolo eventual. Es decir que el propósito de matar podía estar ausente en la motivaciones de Paré, pero su acción no fue por ello menos grave, ya que no podía ignorar las graves consecuencias que podría desencadenar al disparar contra el colectivo.

La investigación del homicidio quedó a espera de resolución desde febrero de 1999 hasta 2003, cuando Paré fue absuelto. El Rusito fue internado en la Casa Joven de General Lagos y posteriormente puesto en libertad.
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En Gutiérrez y Cepeda cayó muerta Miriam Ruiz Díaz.

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