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domingo,
25 de
septiembre de
2005 |
Primera C
Argentino va cuesta abajo
Un limitado salaíto volvió a perder. Esta vez ante Luján 1 a 0
Mariano Bereznicki / Ovación
No despega. Las fechas se consumen y Argentino continúa sin encontrarle la vuelta a la divisional. Como dato extra, transmite mucha incertidumbre de cara al futuro. La gran deuda interna sigue siendo el triunfo. Sobre todo en su propio techo. Parece ser que el salaíto está condenado a prolongar la agonía que padece desde su época de la Primera B. Ayer volvió a pecar de inocente. O, mejor dicho, careció de un patrón de juego que le permita faltarle el respeto a Luján, que sin ser más que el albo, se fue a su tierra santa con los tres puntos fruto del 1 a 0.
Cuesta entender esta versión salaíta. Porque desde que comenzó a desandar por la C no hizo más que generar un cúmulo de inestabilidad deportiva. A las sucesivas olas de empates, ahora le agregó a su limitado diccionario la palabra derrota. Es que en las dos últimas jornadas no hizo más que quedarse con las manos vacías. Pero lo que es más grave aún, su nivel va cuesta abajo.
Es que Argentino va dejando la sensación de que le cuesta más de la cuenta poder conjugar el verbo jugar. Sobre todo a nivel colectivo. Tal vez, la principal causante sea el escaso plantel que tiene. O quizás sus integrantes aún no lograron asimilar lo que pretenden los entrenadores Ferrero y Craiyacich. Mientras tanto, el torneo de la C deshoja cada fin de semana una fecha. Y el sala mira a todos cada vez desde más abajo.
En la tarde de ayer, el dueño de casa generó algunas chances. Pero los encargados de capitalizar las acciones no estuvieron a la altura de las circunstancias. En materia ofensiva, los únicos que intentaron lastimar a Luján fueron Sandro Sánchez y Pablo Vale. Pero, paradógicamente, ambos fueron reemplazados en el complemento. Grave error de la dupla técnica.
Ambas defensas exhibieron grietas en cada metro. Pero los que aprovecharon ese regalito fueron los invitados al Olaeta. Porque en una jugada de contra, Javier Brayotta definió con tranquilidad ante la salida de Carlos López.
A partir de entonces Argentino tuvo que lidiar con sus propias limitaciones. Porque el ingresado Cristian Di Giambatista le convirtió un foul desde atrás, innecesario por cierto, a Figueroa y debió irse a las duchas antes de tiempo. Si hasta antes del gol le costaba poder filtrar la defensa rojiblanca, ni hablar cuando el anfitrión se quedó con un hombre menos. De yapa, el medio estuvo quebrado.
Las fechas siguen su curso normal por los terrenos de la C. Y Argentino continúa sin rumbo fijo. A juzgar por lo visto en éste último tiempo, el salaíto debe aceitar varias piezas para convertirse en un equipo compacto, que le permita comenzar a recaudar resultados positivos.
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