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 domingo, 25 de septiembre de 2005  
De la opulencia a una celda en un Gulag
Ratificaron la condena contra el ex magnate petrolero ruso Mijail Jodorkovski por fraude y evasión fiscal

Stefan Voss

Moscú. - Uno prepara sus trastos para pasar una larga temporada en un campo de trabajo. El otro puede celebrar que seguirá ocupando una buena posición en los próximos años gracias a la aprobación del Kremlin. Mientras el ex magnate petrolero Mijail Jodorkovski tenía que procesar la conmoción por la ratificación de la sentencia que le impone una pena de ocho años de cárcel, el no menos controvertido multimillonario Roman Abramovich recibió la oferta por parte del presidente Vladimir Putin de un segundo mandato como gobernador de la remota región oriental de Chukotka.

Una corte de Moscú rechazó en un fallo emitido el jueves la apelación presentada por el ex magnate petrolero a su sentencia por fraude y evasión fiscal, aunque redujo su pena de nueve a ocho años.

Por el momento, todavía se desconoce por completo a cuál de los 765 campos de detención del vasto territorio ruso será enviado Jodorkovski, antes el hombre más rico de Rusia. Jodorkovski ya tiene una idea de la miseria, la suciedad y los peligros de las cárceles rusas que le esperan, tras permanecer casi dos años en prisión preventiva en Moscú.


La ley del más fuerte
Según expertos, las prisiones rusas son casi sin excepción un infierno. En las grandes salas-dormitorio con decenas de literas rige la ley del más fuerte. Palizas y violaciones forman parte del día a día. A finales de junio, 240 presos en la sureña Kursk se cortaron las venas por desesperación.

La comida es malísima en muchas instituciones penitenciarias, según informes de organizaciones humanitarias: papas, puré de avena y té aguado. Sólo los soldados en la provincia reciben una comida igual de mala.

Aun así, la rutina diaria en los campos de trabajo actuales tienen poco que ver con las condiciones en el "Archipiélago Gulag" descrito por Alexander Solsyenitsin. A diferencia de los tiempos de Stalin, los presos ya no tienen que colocar rieles ferroviarios en el eterno hielo o arriesgar su vida en las minas.

El diario moscovita Kommersant sospecha que el ex magnate petrolero Jodorkovski podrá disfrutar en la cárcel de una actividad comparativamente más fácil. Un trabajo de gerencia en la cocina o la dirección de la biblioteca carcelaria serían tareas adecuadas.

Un portavoz de Justicia negó los informes según los cuales los directores de las prisiones rusas hacen cola para quedarse con este preso de primera clase. "Jodorkovski sería un regalo para cualquier prisión", escribe el periódico Novie Izvestia. Todo aquel que en las cárceles renueva los edificios corriendo con los gastos y aumenta así la reputación del director ante sus superiores, puede esperar ventajas en la rutina carcelaria.

Jodorkovski, padre de cuatro niños, podrá recibir oficialmente un paquete al mes y disfrutar de media decena de visitar breves al año, así como de cuatro encuentros largos de máximo tres días con sus familiares. En el caso de familias normales, los parientes con frecuencia no pueden acudir porque les falta dinero para el viaje, a veces de miles de kilómetros. Por el contrario para Jodorkovski probablemente sea relevante el hecho de que haya un moderno aeropuerto cerca de la cárcel, para que pueda aterrizar el jet privado de la familia.

Jodorkovski probablemente no se aburrirá en los próximos meses. Desde la lejanía observará lo que ocurre con Yukos, el que fuera el mayor consorcio petrolero ruso. De forma indirecta, el preso más famoso de Rusia permanecerá unido al Kremlin, ya que Yukos, al igual que la empresa petrolera Sibneft de su competidor Abramovich, volverá a estar bajo el control del Estado.

A diferencia del expropiado Jodorkovski, Abramovich, que también es dueño del club de fútbol inglés Chelsea de Londres, puede celebrar que recibirá varios miles de millones de dólares. (DPA)
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