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domingo,
25 de
septiembre de
2005 |
Chi Kung: flexibles y conscientes
Desde hace tiempo en Occidente se vienen introduciendo distintas disciplinas corporales que llevan a un enfoque más amplio sobre la realidad del ser humano. Una de ellas es el Chi Kung, perteneciente al mismo árbol de entrenamiento psicofísico en el que se encuentra el Tai Chi Chuan, arte marcial chino de notoria popularidad en los últimos tiempos. Este tipo de actividad no puede quedar catalogado como una simple técnica de gimnasia para el cuerpo sino como un sistema íntegro de desarrollo personal. Su práctica no sólo abarca lo físico y muscular, sino que contempla al ser humano en una unidad donde todo está relacionado.
Un verdadero plan de trabajo en Chi Kung intenta regular la mente, la respiración, el cuerpo, la energía y el espíritu del practicante a través de una serie de trabajos y técnicas específicas que tienen como objetivo principal la administración de nuestras energías en un plano de armonización interior.
Se trata de una disciplina, patrimonio de la cultura milenaria china, y practicada por miles de adeptos y apreciada por sus beneficios. Surgió como una serie de técnicas para conservar la salud y prevenir enfermedades. Muchas de ellas se preservaron como secretos de familia durante muchas generaciones, hasta que en el siglo pasado varios maestros decidieron abrir las puertas de este arte y comenzaron a ofrecer sus conocimientos. Posteriormente se expandió a Occidente, y actualmente algunas universidades del mundo investigan sus beneficios.
También hospitales y clínicas lo han incorporado como una gimnasia terapeútica, tanto para la prevención como para la recuperación de pacientes. Basándose en tranquilizar la mente y relajar el cuerpo, la práctica se ejercita con movimientos suaves, respiraciones lentas con movilidad articular y una dinámica de flexibilidad para desarrollar la conciencia corporal acompañada de la concentración mental.
El término Chi Kung o Qi Gong, como también suele llamarse, explora el arte del control, el dominio y la energía corporal. Además, incorpora prácticas energéticas que tienen como objetivo gozar de buena salud con un óptimo estado físico, el cultivo de nuestras potencialidades y prepararnos de la mejor manera para la longevidad a nivel óseo y muscular, mejorando el funcionamiento de los órganos y las capacidades mentales. Se puede practicar en cualquier lugar, pero es más recomendable en espacios abiertos y en contacto con la naturaleza donde se podrá sacar más provecho de todas sus virtudes y beneficios.
La hora de práctica óptima es temprano por la mañana, a la salida del sol, cuando la energía renaciente de la naturaleza es más aprovechable. Los ejercicios varían según las estaciones del año y los objetivos del practicante. Existen una gran variedad de ejercicios y técnicas, dividida en series que poseen distintas cualidades y diferentes características.
Las posturas estáticas o de movimientos dinámicos conforman ejercicios que se pueden catalogar como suaves, intermedios o duros dependiendo del plan de trabajo que se desea explotar en beneficio de un buen estado físico. Esta disciplina ayuda a recorrer y entender nuestras potencialidades energéticas destacándose en los ejercicios un componente mental fuerte, donde la atención sobre la inhalación y exhalación produce una unión de cuerpo y mente que se traduce en un proceso de meditación, equilibrio y armonía.
La práctica disciplinada logra un reencuentro con uno mismo tanto en lo emocional como en lo corporal y espiritual.
Daniel Capello
Instructor de Tai Chi Chuan
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