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domingo,
25 de
septiembre de
2005 |
Descentralización.
César Pelli presentó el anteproyecto del Distrito Suroeste
El arquitecto tucumano definió el Centro Municipal como un lugar que será permeable, atrayente y sensible
Aníbal Fucaraccio / La Capital
El tucumano César Pelli, considerado uno de los diez arquitectos más influyentes del mundo, presentó en el auditorio del parque España el anteproyecto del Centro Municipal de Distrito Suroeste, el último integrante del programa de descentralización de la Municipalidad que comenzará a construirse antes de fin de año.
Pelli contó que el minimunicipio será una construcción "tradicional, duradera y de fácil mantenimiento", y que lo que más le atrajo de la propuesta del intendente Miguel Lifschitz fue que "el edificio tuviera una intención social tan buena y profunda". Además, apuntó que el principal objetivo fue hacer "un edificio atrayente y sensible, de fácil acceso y que no cree una barrera artificial como establecen muchos edificios gubernamentales en todo el mundo. Quiero que sea como la plaza del barrio", sentenció el tucumano.
Los detalles técnicos del edificio están a cargo del estudio rosarino de Miguel Faure, Carlos Malamud y Susana Riveira, quienes llevarán adelante la dirección de obra. Estos profesionales de la ciudad se encargaron de resaltar la generosidad de Pelli al momento de elaborar el anteproyecto, ya que les dio amplia participación en el desarrollo de las ideas.
El autor del World Financial Center (Estados Unidos) y de las torres Petronas (Malasia) deslizó que la fecha de finalización del centro de distrito está prevista para fin de 2006 y que espera volver a la ciudad para inaugurarlo con una gran fiesta.
-¿Qué lo motivó a aceptar la propuesta de la Municipalidad?
-Es que Rosario es una ciudad muy dinámica, que está transformándose. Una condición muy importante a la hora de proyectar una obra es cuán atractiva sea la ciudad donde se va a emplazar el emprendimiento. Rosario me parece una ciudad para vivir y desde allí es mucho más fácil hacer buena arquitectura.
-¿Qué respuesta espera de los vecinos?
-Quisiera que se sientan cómodos en este centro y que puedan disfrutar de sus patios. Por suerte, en poco tiempo voy a volver a la inauguración para verlo terminado y vamos a ver si el resultado concuerda con las intenciones y funciona como esperamos. Ojalá tengamos una celebración como la que hubo en el Distrito Centro.
-¿Qué condimentos le sugiere trabajar en una obra pública?
-Siempre intenté tener un gran respeto por lo público. Incluso dentro de los edificios que he construido se verifica una pugna en la relación entre lo público y lo privado, que está dominada por el pensamiento modernista, de movimiento y funcionalidad. El diseño de las fachadas transmite esa interacción.
-Su estudio está acostumbrado a obras de otro carácter, volumen y costo. ¿La forma de encarar el proyecto fue la misma?
-Por distintas razones estamos trabajando en Inglaterra, España, Italia, Turquía, Japón, China y México. Y la intención es siempre la misma, buscamos trabajos que sean diferentes. Algunas son obras grandes, otras pequeñas, pero nos interesa mucho la variedad de propuestas temáticas e intentamos responder específicamente a cada caso. Eso me mantiene más ágil y me hace reconsiderar permanentemente los problemas arquitectónicos. Trabajar en edificios de varias escalas y con diferentes técnicas constructivas me fuerza a ver la arquitectura de nuevo. Pero la manera de encarar los proyectos es la misma, todos se merecen que yo empiece desde cero. No tengo ningún juego de formas o materiales que quiera imponer. Eso sería terrible. La forma nace de mi entendimiento del lugar, de la gente y de los usuarios. Y eso se hace en todos los proyectos. Así que siempre es el mismo proceso y la misma actitud. Aunque en este caso, tiene el agregado de que estoy trabajando en una provincia argentina, y eso es muy placentero para mí.
-Usted siempre dio clases en universidades como las de California, Yale e Illinois. ¿Qué le significa la docencia?
-La docencia es un arte tan cautivante como la arquitectura. Y el enseñar a diseñar es muy importante para mí. Se combinan dos actividades en una que son muy difíciles y que satisfacen lo más profundo de mi corazón. Me alegra de igual manera ver un edificio bien hecho como ver a un estudiante que entró sin rumbo y de pronto florece.
-¿Qué cosas lo marcaron en su período de aprendizaje?
-Una de las principales cosas que aprendí es que la arquitectura es una de las formas del arte moderno que cuenta con una inmensa vida. Y otra es que esta profesión tiene una función social muy importante. Es decir, que hay un valor que va mucho más allá del hacer un edificio bonito. A partir de ese momento me di cuenta que quería vivir de esto por el resto de mi vida. Para mí, cada edificio tiene un valor social y el potencial de convertirse en una obra de arte. Pero primero tiene que funcionar bien y si cumplo con eso, entonces tengo el derecho de hacerlo lo más bonito posible. Nunca al revés.
-¿Cuál es la evaluación que hace del profesional argentino que va a Estados Unidos?
-A mi estudio en New Haven llegan muchos arquitectos argentinos y el nivel que tienen es muy bueno, son muy talentosos. Eso también se verifica en las obras que realizan. Evidentemente la preparación que tienen en este país es buena. Es muy curioso, hay algo que funciona bien en el sistema educativo argentino, aunque todavía no logro saber qué es.
-Usted recorrió durante esta visita el Distrito Sur, del portugués Alvaro Siza, y también el recientemente inaugurado Distrito Centro, del colombiano Laureano Forero. ¿Qué le parecieron?
-La obra de Siza es una joya. Está bien diseñada, proporcionada y construida. Me generó mucha admiración y respeto. El de Forero también me gustó, es cálido pero diferente al CMD Sur. Se trabajó sobre la vieja estación y se logró un lugar muy acogedor.
Finalmente, Pelli no disimuló su ansiedad con respecto al Distrito Suroeste y reveló: "No veo la hora de ver el edificio terminado y usado, sobre todo usado. Me gustaría ver la reacción de los vecinos, sin que sepan quién soy, y ver cómo lo utilizan. Eso es lo que busco en cualquier proyecto. Este Distrito es una obra de carácter tan noble que me encanta ser parte de este proceso. Realmente es un orgullo y un placer poder volver a trabajar como arquitecto en Argentina. Pensé que esa posibilidad no se iba a repetir".
Pasó y se mostró simple, espontáneo y generoso. Tan sugestivo como emprendedor. Con una propuesta modernista y universal. Un eterno soñador que siempre supo adaptarse a los avances disciplinarios con el registro de una arquitectura "de firma". Así fue el trazo que esbozó Pelli en Rosario.
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Lejos de la imagen que le brinda la fama, Pelli quiere saber que opinan los vecinos.
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