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domingo,
25 de
septiembre de
2005 |
El derecho a tener derecho
Así podríamos titular al logro de la ley 13.010 sancionada un 9 de septiembre de 1947 y promulgada el 23 de ese mes, que otorga a la mujer argentina el derecho cívico de elegir y ser elegida electoralmente mediante la emisión de su voto. Fue el resultado de una larga lucha emprendida desde principio del siglo XX por mujeres con convicciones de la talla de Alicia Moreau de Justo, Elvira Dellepiane de Rawson, Alfonsina Storni, Victoria Ocampo, Carmel Home y Julieta Lantieri, apoyadas en su momento por célebres hombres que honraron el Congreso nacional tales como Alfredo Palacios, Silvio Ruggieri y Andrés Bustillo. Sus proyectos en pro de esta justiciera aspiración feminista eran desechados recurrentemente por las mayorías conservadoras que se turnaban en la presidencia de la Cámara de Diputados. Recién pudo ser concretada en 1947 debido a la gravitante y decisiva participación de Eva Perón que desde un año antes pasó a presidir la comisión pro sufragio femenino y la que pudo votar desde la cama del hospital de Lanús afectada por una grave enfermedad, que también le impidió ser candidata a vicepresidenta de la Nación. En el mensaje de su histórico renunciamiento expresaba, entre otras cosas, “...renuncio a los honores pero no a la lucha”. Un ejemplo que debería ser imitado.
Américo Tanno, DNI 5.995.421
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