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 viernes, 23 de septiembre de 2005  
Nueve mujeres fueron detenidas en una whiskería
Encuentran a dos menores al allanar un burdel de Zavalla
Tienen 13 y 14 años. Según la Justicia, las nenas no estaban prostituyéndose

"El Isidoro" es un bar nocturno que está ubicado sobre la ruta 33, a 6 kilómetros al oeste del casco urbano de Zavalla. Desde lejos tiene más aspecto de una parilla al costado del camino que de una whiskería. Hasta ese lugar llegaron el miércoles a la medianoche efectivos de Leyes Especiales de la Unidad Regional II. Tras presentarse hablaron con la encargada del lugar y comenzaron una inspección ocular entre los parroquianos y prostitutas. Todo parecía "normal" hasta que los pesquisas se sobresaltaron cuando desde una de las habitaciones del lugar asomaron dos caras adolescentes: una de las chicas tenía 13 y la otra 14 años. ¿Qué hacían las muchachas en el lugar? Para la policía, las menores formaban parte de la troupe de "alternadoras" o prostitutas. Una de las chicas se excusó diciendo que una de las trabajadoras era su hermana. Y la encargada del bar expresó que las adolescentes realizaban tareas de limpieza en el local. "El Isidoro" fue clausurado y nueve prostitutas y tres clientes fueron detenidos. Las dos menores fueron entregadas a sus tutores, ya que para el juez Jorge Cartelle no ejercían la prostitución.

La historia oficial dice que los vigilantes de Leyes Especiales llegaron a "El Isidoro" en un operativo de rutina. Se entrevistaron con la encargada, de 34 años, quien no puso reparo en que los pesquisas realizaran una inspección del local. En el lugar había nueve meretrices y, además, tres parroquianos. Los policías se repartieron por los diferentes ambientes del local y en una habitación se toparon con dos menores de 13 y 14 años. Las chicas estaban vestidas informalmente y junto a ellas había otras mujeres mayores.

Preventivamente los vigilantes de Leyes Especiales colocaron fajas de clausura y se llevaron detenidas a las nueve meretrices -de entre 18 y 33 años-, a los tres parraquianos y a las dos menores. En el acta preventiva los efectivos dejaron constancia de que las trabajadoras sexuales no contaban con libreta sanitaria y los correspondientes certificados de exudado vaginal y de HIV.

En un primer momento, para los pesquisas, las menores eran dos más de las meretrices del lugar. "Las chicas estaban vestidas informalmente. Pero eso no tiene nada que ver. ¿Quién te dijo que hay una indumentaria para patinar?", deslizó un policía. La versión que llegó a oídos del juez de Menores Jorge Cartelle fue que las adolescentes, al momento en que ingresó la policía a "El Isidoro", se encontraban en una habitación aparte del lugar donde se encontraban los parroquianos.

"Estaban junto a otras mujeres mayores, una de las cuales era su hermana. En ese instante no estaban con clientes, no estaban vestidas como si ofrecieran sus servicios en un lugar como ese", señaló otro de los voceros consultados.

En principio, el juez no tendría elementos como para sospechar que las pibas hayan sido explotadas sexualmente en ese lugar. Mientras tanto, las personas que fueron demoradas, incluida la encargada, ahora enfrentan una causa en el juzgado de Faltas Nº2, a cargo de Liliana Puccio.

Según fuentes judiciales, el juez Cartelle dispuso que las menores sean entregadas en las próximas horas a sus familiares más próximos, siempre y cuando no se detecte que estén ante a algún peligro social. A esto se sumó que, según un investigador, la encargada del local dijo que las chicas trabajaban haciendo limpieza en el bar.


Un lugar escondido
"El Isidoro" es uno de los cinco bares nocturnos que, en la zona de Zavalla, surgen como un oasis para camioneros y viajantes. Este descanso termina de tomar forma al observar la frondosa arboleda que lo contiene, a 3 kilómetros al este del cruce de la ruta 33 con la A-012, casi en la entrada del camino al cementerio comunal. El azul francia de las aberturas es lo único que lo destaca y para hallarlo sin conocer el lugar, es imprescindible saber que a uno de sus costados hay un obrador vial. Este bar, que tiene habilitación de la comuna de Zavalla, es uno de los más viejos de la zona. Según los habituales vigilantes del lugar hace "siete u ocho años" que está abierto y el lugar donde se levanta es conocido como "la herrería". La habitual clientela del lugar se pone en evidencia al pisar sobre la tierra granos de soja y de maíz regados en la banquina del local por varios camioneros apresurados.

"¿Si hay menores prostituyéndose por acá? Eso es algo muy difícil de saber. Por ahí uno las ve, pero ¿cómo podés saber la edad que tienen?", explicó una de las personas que trabajan a unos metros de otra de las wiskerías cercanas a "El Isidoro".

"Nosotros no sabemos nada", explicó a la hora del almuerzo, mientras retumbaba la música de noticiero de mediodía, uno de los pibes que cuidaba el lugar clausurado, ya sin las fajas de papel puestas por la policía. "Vinieron y se llevaron a las chicas sin patear nada", dijo el otro muchacho mientras exploraba sus cutículas con una gillette y sentado cerca de una máquina pasadiscos. "No sé si las pibas (las menores) son familiares de alguna de la chicas (meretrices) porque no tenemos mucho contacto con ellas", dijo el muchacho.
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