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viernes,
23 de
septiembre de
2005 |
Crisis sorpresa. La dimisión tuvo como eje al presidente del Banco Central, envuelto en un supuesto caso de corrupción
Renunció el ministro de Economía de
Italia por diferencias con Berlusconi
Es otro duro golpe para el premier, quien designó rápidamente a un conocido y cuestionado reemplazante
Roma. - El ministro de Economía de Italia, Domenico Siniscalco, dimitió ayer en medio de una disputa que tenía como ejes el presupuesto y el cuestionado presidente del Banco Central, Antonio Fazio. La sorpresiva renuncia conmocionó al ambiente político y empresario del país, y significó otro duro golpe para Silvio Berlusconi, meses antes de una elección que el primer ministro podría perder, según las encuestas. Sin embargo, Berlusconi, rápido de reflejos, designó ayer mismo al reemplazante de Siniscalco y le pidió al presidente del Central que renuncie a su cargo.
Tras perder a Siniscalco, el premier italiano se volvió en contra de Fazio en un intento por mantener a otros socios de su coalición. "En este momento, la continuidad de Fazio como presidente del Banco de Italia no es compatible ni oportuna", sostuvo en una conferencia de prensa.
Como reemplazante de Siniscalco, Berlusconi eligió a Giulio Tremonti, el predecesor inmediato del primero, quien había dimitido hace 14 meses, cuando de sus propias filas lo criticaron por sus planes de ahorro. Pero Tremonti fue ministro de Economía entre el 2001 y el año pasado, e integra el partido del primer ministro, Forza Italia.
Siniscalco, considerado un competente tecnócrata sin filiación partidaria, dimitió debido a la falta de voluntad por parte del gobierno para apartar de su cargo a Antonio Fazio, luego de un escándalo bancario. También estaba contrariado por las acciones que emprendieron algunos aliados de la coalición de gobierno a fin de suavizar su proyecto de presupuesto para el 2006, que debe ser aprobado por el gabinete para fin de mes.
En una carta a Berlusconi, extractos de la cual fueron publicados por los periódicos, Siniscalco, de 51 años, explicó que está en desacuerdo con el gobierno en "casi todo". El nudo del conflicto es Fazio, quien está acusado de favorecer a sus amigos en la Banca Popolare Italiana durante su fallida puja por la Banca Antonveneta, ahora cerca de pasar a manos de la holandesa ABN Amro. Conversaciones grabadas publicadas en los medios sugirieron que Fazio favoreció la oferta del banco italiano. El funcionario, por su parte, negó cualquier tipo de desempeño incorrecto.
En una entrevista con el diario La Repubblica publicada ayer, Siniscalco describió a Fazio, cuyo cargo es vitalicio, como un "monstruo" institucional, y dijo que estaba consternado por la incapacidad del gobierno para resolver el problema. "No estoy amargado, estoy escandalizado", disparó. Según el periódico, Berlusconi nunca había pedido la renuncia de Fazio porque su socio más fiel en la coalición, la Liga del Norte, ha defendido firmemente al banquero central.
Todos contra Fazio
La abrupta salida del ministro de Economía tiene lugar en un momento delicado para Berlusconi, quien se esfuerza por incrementar su alicaído respaldo en las encuestas de opinión. La oposición de centroizquierda instó a todo el gobierno a que renuncie y convoque a elecciones anticipadas. Los comicios generales italianos están previstos para mayo del 2006. "Un gobierno que no puede ponerse de acuerdo en la parte más importante y definitiva de su tarea, el presupuesto, de forma tal que el ministro de Economía se ve forzado a renunciar, sólo debe hacer una cosa: irse", dijo Romano Prodi, el líder de centroizquierda. "La única solución son las elecciones anticipadas", agregó.
Por su parte, los líderes de la coalición de Berlusconi indicaron que el gobierno continuará, pero dijeron que el premier debía asumir el liderazgo y terminar con meses de internas dentro de la coalición.
Ahora todos los ojos están puestos en Fazio, para ver si el funcionario, que es independiente y no puede ser despedido por el gobierno, responderá a las presiones de Berlusconi para renunciar, en una jugada que podría provocar una crisis institucional sin precedentes.
Incluso Tremonti, el nuevo ministro de Economía, ha atacado a Fazio en los últimos meses, acusándolo de no haber logrado detectar el fraude en los balances que pusieron al borde de la quiebra al gigante lácteo Parmalat a fines del 2003.
Entretanto, analistas económicos manifestaron su sorpresa por el regreso de Tremonti a su antiguo puesto, señalando que el funcionario había creado un fuerte nivel de conflictividad dentro de la coalición cuando ocupó por primera vez el Ministerio de Economía. Romano Prodi fue más allá, al acusar a Tremonti de haber llevado al país "a la actual situación, con el colapso de las cuentas estatales".
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Indiferencia. El ahora ex ministro Siniscalco junto a Berlusconi, mirando para otro lado.
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