En su día las bibliotecas populares tienen pocos motivos para festejar

La federación de Santa Fe reclama ayuda del Estado provincial, como fija la ley y les prometió Bertone

Las 180 bibliotecas populares que existen en Santa Fe -unas 30 de ellas en Rosario- no tienen grandes razones para festejar hoy su día. "Las cosas no están bien", sintetiza con sencillez la presidenta de la federación que las nuclea a nivel provincial, Graciela Juárez. El motivo de ese malestar es que, aunque lleva 14 años de aprobada, la ley 10.572 que obliga al Estado santafesino a darles una ayuda económica jamás se cumplió y las bibliotecas populares sobreviven como pueden gracias a los aportes de sus socios y una pequeña subvención que llega de la Nación. ¿Por qué debe el Estado ayudar a sostenerlas? Primero, porque eso dice la ley. Segundo, por el fundamental rol sociocultural que cumplen, sobre todo entre la población más humilde. Por eso Juárez recordó ayer con amargura que aunque en febrero pasado el secretario de Cultura provincial, Raúl Bertone, les prometió una partida anual, nunca más se habló del tema. Y, por supuesto, tampoco llegó ni un peso.

Las bibliotecas populares fueron creadas en 1870 por Domingo Faustino Sarmiento y en Santa Fe llevan bastante más de un siglo. "Hay muchas de ellas que ya son centenarias", explica Juárez.

Pero esa longevidad no es su mayor virtud. "A excepción de las grandes ciudades, en la mayoría de las localidades santafesinas ellas son las únicas bibliotecas con que cuenta cada comunidad y son el centro de la vida cultural: además de prestar libros y fomentar la lectura, ofrecen talleres y capacitación, trabajan en red con otras instituciones y cumplen un rol fundamental en la promoción de la cultura popular", sostiene la presidenta de la federación.

Por eso, el Día de las Bibliotecas Populares -que se celebra desde hace 15 años- deja hoy a estas ONG de la provincia con un sabor bastante amargo, pese a que en el acto oficial que se hará esta tarde en la Gobernación, en el marco de la Feria del Libro Infantil, se entregarán plaquetas a algunas de esas entidades. "Con una plaquita no arreglamos nada", se quejó Juárez.

Además de estantes con libros estas instituciones atesoran un importante rol social.