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viernes,
23 de
septiembre de
2005 |
Aporte de
pruebas
He leído en las últimas semanas en esta sección de La Capital cartas de lectores como la de Elbio Jacas o la de Cristián Hernández Larguía, que sin aportar ninguna prueba han acusado a la Iglesia de haber colaborado con el nazismo. Creo que ninguna persona de bien debería acusar sin aportar las pruebas de sus dichos. Por eso, he querido hacerles conocer un testimonio que demuestra la falsedad de las acusaciones. Es el de David G. Dalin (rabino judío) que ha escrito el libro "El Mito del Papa de Hitler: Cómo Pío XII rescató a los judíos de los nazis". Allí cuenta cómo el Papa Pío XII defendió a los judíos durante la Segunda Guerra Mundial. Explica además que existió una tradición de apoyo papal para los judíos en Europa desde el siglo XIV. Afirma que es abominable culpar a Pío XII -verdadero amigo de los judíos- por cosas que son absoluta responsabilidad de Hitler. Allí cita amplia documentación que da cuenta del Papa Pío XII salvando las vidas de casi cinco mil judíos en Roma, escondiéndolos en el Vaticano, en monasterios y conventos de la ciudad. Pero más aún, cuenta cómo durante el siglo XX, los Papas Pío XI y Pío XII condenaron fírmemente a los nazis.
Esteban Guzman
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