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viernes,
23 de
septiembre de
2005 |
Repudio a una
conducción gremial
Soy una docente de 55 años, con una enfermedad crónica grave. Tengo claro que es necesario que se lleven a cabo muchos cambios estructurales en materia educativa, pero esta cultura del paro y la confrontación extrema permanente que lleva a cabo Amsafé Rosario me hartó. Por eso me desafilié. No quiero prepotencia, no quiero autoritarismo de los que no admiten el disenso y nos tildan de traidores. Creo que el diálogo se impone y que hay otras estrategias para protestar sin dañar la educación pública y a los chicos y adolescentes que no pueden cambiarse a escuelas privadas.
Marta Fehrmann
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