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viernes,
23 de
septiembre de
2005 |
La salud pública
de Rosario
El Estado debe preservar la seguridad física y mental de los profesionales de la salud en todos sus ámbitos, pero evidentemente no lo está cumpliendo. En un sistema viciado de hipocresías sucederán más seguido hechos como los ocurridos en el centro de salud de calle Ecuador. Como profesional de la salud no tolero ni comparto la política que se está llevando a cabo en la salud pública de Rosario.
Mariana Centeno
[email protected]
N. de la R.: La lectora se refiere al hecho ocurrido anteayer cuando un hombre de 60 años acudió al centro de salud de la vecinal 20 de Junio (Ecuador 645 bis) para que le apliquen una inyección por una infección en una pierna. Pero tras la atención el hombre sufrió una descompensación que provocó su muerte. La médica del dispensario intentó reanimarlo sin éxito y entonces se llamó a la empresa de emergencias médicas CG&L, pero así y todo no pudieron evitar el desenlace fatal. Cuando los profesionales informaron a los familiares del fallecimiento, éstos reaccionaron ferozmente y agredieron a un enfermero con trompadas y patadas.
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