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sábado,
17 de
septiembre de
2005 |
Mejora el niño guaraní operado del corazón
Le extirparon dos tumores a pesar que sus padres se oponían a la intervención por desconfianza a los médicos
Julián, el niño guaraní de 3 años que fue operado de dos tumores cardíacos y cuyos padres se oponían a que fuera intervenido por "médicos blancos", se recupera "muy bien y sus parámetros son normales", aunque su pronóstico es "reservado", según lo confirmó ayer el director del porteño hospital de Niños Ricardo Gutiérrez, Carlos Cánepa.
Cánepa destacó además "el canal de comunicación, de comprensión, entre la comunidad guaraní y la comunidad médica", que posibilitó la concreción de la operación.
La intervención se realizó el jueves último luego de una decisión judicial y del consentimiento firmado de los padres que, en principio, se negaban a que su hijo sea atendido por "médicos blancos" ajenos a su comunidad aborigen.
"Julián está recuperándose muy bien, hasta el momento sus parámetros de control son normales, está haciendo realmente una recuperación muy buena. Esto nos tranquiliza mucho, dentro del contexto de un paciente que padece un posoperatorio de una cirugía muy importante", señaló Cánepa.
Por su parte, Mariano Antón, abogado de la familia de Julián, reveló que "la comunidad los apoyó y eso alivió la carga" que implicaba dar la autorización para la operación.
El niño tenía ocupados casi toda la aurícula derecha y el ventrículo izquierdo y había recibido un diagnóstico de "tumor cardíaco agravado por una inflamación".
Tanto sus padres como la comunidad guaraní se negaban a que sea intervenido quirúrgicamente.
Ante ello, la jueza de familia Marta Alegre dispuso que Julián sea operado si su vida corría peligro.
Evolución
Cuando se le preguntó a Cánepa sobre cómo será la recuperación del niño, el director del hospital dijo que seguirá "seguramente no menos de 7 u 8 días más en la sala de terapia intensiva cardiovascular, y otros tantos más para su recuperación futura".
"En este momento, su cuadro es bueno con respecto a antes de la cirugía, y el pronóstico es reservado".
El niño, que pertenece a la comunidad Pindó Poty, que integran unas veinte familias que residen en la selva misionera, a unos 35 kilómetros del paraje El Sosiego, "va a necesitar cuidados especiales" de aquí en adelante "porque su corazón ha sido sometido a una cirugía compleja", agregó Cánepa. (DyN)
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