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sábado,
17 de
septiembre de
2005 |
Organizan unas jornadas sobre el oficio de educar
Ciencias de la educación cumple 20 años
La carrera se dicta desde 1985 en la Facultad de Humanidades y Artes de la UNR
Hace 20 años, en una larga fila de maestros que esperaban para inscribirse en la carrera de ciencias de la educación, una querida y conocida educadora santafesina se mezclaba entre los docentes. La sorpresa mayor fue para Ovide Menin al descubrir que se trataba nada menos que de Rosita Ziperovich.
La maestra, bien conocida por su compromiso con la educación, tenía la misma meta que el resto de sus colegas que hacían la cola en los pasillos de Humanidades: anotarse para cursar ciencias de la educación.
Menin la invitó a convertirse de alumna en docente, con una apelación firme: "Usted tiene mucho para enseñar", cuentan que le dijo el ahora decano de Psicología a Rosita.
La maestra -pionera en cambios sustanciales en la enseñanza de la matemática y gremialista activa de Amsafé- pretendía lo mismo que muchos docentes que se asomaban por ese momento a la vida universitaria: teorizar sobre sus prácticas, buscar los sustentos reflexivos que permiten construir nuevos conocimientos.
La anécdota ahora forma parte de la memoria de la Escuela de Ciencias de la Educación, una carrera que este año festeja los 20 años de vida académica. "Queremos festejar estos años de enseñanza", dice la directora de la Escuela de la Universidad Nacional de Rosario (UNR), María del Carmen Fernández. Y para eso eligieron hacerlo con unas jornadas donde se proponen recuperar la memoria y proyectar el futuro sobre el oficio de educar.
Pero la directora de la carrera agrega otros argumentos: "El festejo es más que justificado si se considera que ciencias de la educación se abre en un momento muy especial para la vida democrática (1985), cuando la universidad empieza a normalizarse, y comienza el regreso de los investigadores y docentes del largo exilio".
Fernández recuerda también que la apertura fue novedosa para la UNR, sobre todo porque se trata de una universidad sin tradición en la formación docente, como sí la tienen las universidades de Entre Ríos o de La Plata.
La novedad también llegó con la manera en que se articuló el plan de estudio, ya no basado sobre disciplinas, sino afirmado en núcleos problemáticos, áreas, donde "la interdisciplinariedad es una marca" de trabajo.
Las jornadas (ver aparte) que la carrera propone con motivo de los festejos se organizan de manera conjunta con la Asociación de Graduados de Ciencias de la Educación de Rosario (Agcer). Según Guillermo Ríos, el presidente de esta asociación, los estudios fueron creciendo como oferta académica y sumando así nuevos interesados, más allá de los maestros que de por sí se presentan como público privilegiado.
"Costó mucho en los inicios hacer entender que la carrera no era un espacio de perfeccionamiento o un estudio de posgrado para los docentes", cuentan Fernández y Ríos. Por suerte, agregan los educadores, muchos descubrieron la posibilidad de pasar por la vida universitaria como una instancia donde recuperar saberes teóricos.
Pero la carrera, en estas dos décadas, ha sumado un nuevo desafío: hacer entender que la educación no es sinónimo de escolarización, y por tanto la incumbencia de los graduados va más allá del sistema educativo. "Hay un abanico muy grande de posibilidades y de inserción laboral que se extiende hacia las áreas de la salud, la promoción social, las bibliotecas", citan como ejemplos la directora de la escuela y el presidente de la asociación de graduados.
La nueva meta también incluye la necesidad de no asignar a los cientistas un mero rol de asesores técnicos, una imagen que cobró fuerza en la década de los noventa, cuando los "técnicos de la educación" pululaban por las escuelas.
Ríos rescata el hecho de que la carrera ofrezca herramientas para abrir nuevos espacios laborales, nuevos campos por fuera del sistema educativo. A la idea, María del Carmen Fernández suma que se busca "instalar la carrera en la sociedad para que se reconozca a los cientistas en su rol profesional". Eso justifica que se organicen actividades conjuntas con el Museo de la Memoria, el Festival Latinoamericano de Videos o jornadas sobre las nuevas tecnologías".
El presidente de Agcer destaca que a partir de la gestión encabezada por Fernández, "se abre un nexo muy importante entre graduados y estudiantes". Lo cual significa -entiende la directora- "darle parte a la tradición, a la historia de la carrera, pensando cómo potenciar la actividad de la escuela y de la asociación de graduados".
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Fotos
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La directora de la carrera y el presidente de la asociación de graduados.
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