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 miércoles, 14 de septiembre de 2005  
Bigand continúa movilizado por un polémico testamento
Es el que dejó la última heredera del fundador del pueblo y que fue leído públicamente anteayer

Gustavo Orellano / La Capital

Bigand.- Los bigandenses ayer tuvieron un solo tema de conversación en su agenda cotidiana. En los hogares, bares y comercios nadie obvió hablar sobre lo que dejó la revelación del testamento de la hija y última heredera del fundador del pueblo, Víctor Bigand. El documento fue leído públicamente antenoche en el cine-teatro San Martín, y ayer las repercusiones se hicieron oír en cada rincón.

Luego de meses de misterio los vecinos pudieron conocer cuál fue la voluntad de María Mercedes Octavia Bigand, quien murió hace un año y cinco meses en Buenos Aires a los 93 años. Con la certeza de que el producto de las tierras que dejó la mujer -más de 3.500 hectáreas- serán destinadas a la creación de una fundación, los bigandenses esperan que la institución funcione en el pueblo con la participación de representantes locales.

Claro que todos saben que ello no está especificado en el testamento y que el encargado de ejecutarlo, Luis María Alaimo, es quien tiene la facultad para definir los estatutos y la puesta en marcha de una institución que tendrá como fin ayudar a entidades del pueblo y hacer ayudas de distinto índole a nivel nacional.

Alaimo es el mismo hombre que le negó sistemáticamente a la comunidad la posibilidad de acceder al testamento, un acto que generó malestar. No obstante los vecinos creen que tiene la "posibilidad de reivindicarse convocando a representantes de la comunidad para que formen parte del control administrativo de la fundación y disponga que funcione aquí".

También desean que el 23 del corriente, cuando concurra a la audiencia conciliatoria fijada por el juez porteño Horacio Liberti, quien interviene en la causa sobre la sucesión de los bienes de Bigand, dé marcha atrás o reconsidere exigencias que impuso a los colonos que trabajan los campos de la anciana fallecida para renovarles contratos de arrendamiento.

Unas 12 familias son las que se vieron imposibilitadas de cumplir con esos requisitos y corren riesgo de ser desalojadas cuando venzan, en diciembre, los contratos. Justamente este grupo de colonos, con el asesoramiento legal de los abogados Mauricio Rosell y Jorge Solmi, consiguió que el magistrado los incluya como parte dentro del expediente, lo cual facilitó el acceso al testamento.

Los colonos que renovaron sus contratos tampoco están conformes con las exigencias que debieron aceptar para seguir cultivando las tierras y no descartan la posibilidad de iniciar acciones para que se revise lo actuado.

Entre los nuevos requisitos se acotó de 10 a 3 años la duración de los contratos, y los aparceros dejarán de recibir semillas de maíz para la rotación de los sembrados. Además, quedaron excluidos de renovar los contratos familiares de titulares muertos y se obliga a los colonos a inscribirse en el registro de productores agropecuarios. "Algunas de estas cláusulas son perversas y otras carentes de legalidad, esperamos que Alaimo revea su posición", opinó Solmi.

"En el espíritu del testamento queda claro que la mujer priorizó los intereses del pueblo y la protección de los arrendatarios", dijo el director del Samco local y familiar de una aparcera, Walter Dituro. Otra de las agricultoras que no pudo renovar el contrato de arrendamiento es Amalia Tosto, quien reveló que "Alaimo me propuso que revoque el poder del abogado para firmar el contrato bajo cualquier condición fiscal, pero no lo haré. Soy optimista en que este hombre reconsiderará su posición".
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El testamento fue leído en el cine San Martín ante unos 500 pobladores de Bigand.

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