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miércoles,
14 de
septiembre de
2005 |
Murió la beba golpeada
que mantenían viva con
un respirador artificial
Ludmila, la beba de cuatro meses internada la semana pasada con signos de violencia, murió ayer a la tarde. Médicos del hospital Italiano de Córdoba le desconectaron poco después el respirador artificial que permitía que latiera su corazón. Los padres de la nena, a los que se investiga por ser los presuntos autores de la paliza que terminó con su muerte, siguen detenidos.
"El corazón de Ludmila dejó de latir", dijo la directora médica del Hospital Italiano de Córdoba, Susana Caminos. La mujer había pedido reiteradamente a la Justicia que se permitiera desconectarle el respirador artificial. Pero ayer aclaró que el corazón de la beba dejó de latir "por causas naturales", y que recién después se le retiró el aparato.
La posibilidad de que se desconectara a la nena motivó una polémica en Córdoba. Los médicos del hospital Italiano habían afirmado que "el concepto legal es que la persona sin actividad cerebral está muerta", y sostuvieron que "aunque resulte duro decirlo, la criatura está muerta y prolongar esto, médicamente no tiene ningún sentido". La Justicia, sin embargo, nunca autorizó que se le quitara el respirador.
Tanto el padre como la madre de Ludmila están atravesando en prisión por un estado depresivo, como consecuencia de las derivaciones que tuvo el caso en toda la sociedad. Una de las versiones que investiga la Justicia es que, como la nena lloraba, los padres la golpearon ferozmente. Incluso, le habrían pegado patadas en el suelo. Eso habría determinado el derrame cerebral, del cual no se pudo recuperar más. (Télam y DyN)
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