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martes,
13 de
septiembre de
2005 |
Nueva Orleáns intenta volver a
la vida mientras las aguas bajan
Nueva Orleáns intenta volver lentamente a la vida. Decenas de bombas municipales y aparatos de algunas organizaciones humanitarias extranjeras bombean poco a poco el agua de las zonas anegadas, y la primera depuradora de aguas residuales de la ciudad comenzó a funcionar ayer nuevamente.
Los comerciantes recibieron autorización para ir a Nueva Orleáns a buscar archivos y equipos para manejar sus negocios. Con el propósito de evitar saqueos, las autoridades exigieron a los dueños de negocios obtener pases especiales para entrar en el distrito comercial de la ciudad.
La única carretera abierta estaba atestada de tráfico con colas de hasta tres kilómetros en el puesto de la Guardia Nacional en Westwego, Louisiana, un suburbio al otro lado del río Mississippi. Entretanto, hoy se reanudará el tráfico aéreo de pasajeros en el aeropuerto Louis Armstrong, y algunos hoteles vuelven a aceptar huéspedes, informó la cadena CNN. Asimismo, los primeros bares en el conocido barrio francés abrieron nuevamente sus puertas.
Aproximadamente un 50 por ciento de la ciudad continúa anegada, según la cadena de televisión NBC. Nueva Orleáns había quedado inundada en un 80 por ciento. Gracias a las numerosas bombas, el agua contaminada está siendo desviada el doble de rápido de lo previsto. La Otán también movilizó cuatro aviones y cuatro barcos para el transporte de ayuda humanitaria a las víctimas.
Las nuevas estimaciones según las cuales hayan fallecido menos personas de lo que se temía trajeron un halo de esperanza. Oficialmente, la cifra de muertos en Louisiana y Mississippi se sitúa en estos momentos en cerca de 400. Ayer se encontraron unos 45 cadáveres en un hospital abandonado hace más de una semana.
Por el contrario, los cálculos sobre los daños materiales no son alentadores. Las compañías aseguradoras sostienen que las pérdidas causadas por el huracán serán peores a las que previamente se esperaban. La reaseguradora Swiss Re duplicó ayer la estimación de reclamos que podría pagar por el paso de Katrina a más de 1.200 millones de dólares.
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