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domingo,
11 de
septiembre de
2005 |
La madre de todas las batallas. El caudillo bonaerense rompió el silencio
Duhalde advirtió que hay que
ponerle límites a Kirchner
El ex presidente se lamentó por el estilo intimidatorio del oficialismo. Aseguró que le intervinieron los teléfonos
El ex presidente Eduardo Duhalde rompió el silencio sobre su tormentosa relación con su sucesor, Néstor Kirchner, a quién definió como un político "nervioso, exaltado". Pero la frase que denota la intensidad de las hostilidades y el futuro de ambos en el umbral de las elecciones de octubre brinda por sí sola el actual estado de las cosas. "Hay que ponerle límites a este muchacho", disparó el caudillo bonaerense en un intento por marcar sus verdaderas intenciones de poder frente al estilo avasallante que se desprende de la Casa Rosada.
Los conceptos de Duhalde sobre su sucesor en el Sillón de Rivadavia fueron publicados ayer por la revista Noticias. En lo que parece un charla informal, el ex presidente vomitó una serie de consideraciones que pegan en la frente del santacruceño: "Yo soy responsable de este muchacho, hay que ponerle un límite, está nervioso, se equivoca".
Es la primera vez que Duhalde se adjudica cierto error por haber ungido a Kirchner como su candidato en las presidenciales del 2003, pero el reproche muta luego en pragmatismo político. "No estoy arrepentido. Si yo postulaba al Gallego (por José Manuel de la Sota) para presidente, Kirchner se iba a presentar igual y le iba a robar votos anti-Menem. Si eso pasaba, hoy nos gobernaba Menem de vuelta. Y, la verdad, yo prefiero a éste", reveló en relación al santacruceño.
Esta afirmación también intenta echar por tierra una supuesta alianza del bonaerense con el riojano, o el "complot", como se encargó de difundir la usina mediática del kirchnerismo.
"Por favor, a Menem lo quiero bien lejos", retrucó. Sin embargo, a la hora de sopesar la estatura o calidad política de ambos, el caudillo bonaerense supo por quien inclinarse: "Menem entendía de política, en cambio éste...".
Duhalde está convencido de que en la pelea del Partido Justicialista en provincia de Buenos Aires él saldrá fortalecido, aunque se mantenga en un segundo plano y deje a su esposa, Chiche, como punta de lanza. Por eso -adelantó- no responderá ninguna crítica hasta después de las elecciones del 23 de octubre.
"Cuanto más nos peguen, mejor, quedamos como víctimas, crecemos en las encuestas", sostuvo, al tiempo que aventuró que si Chiche pierde por sólo cinco puntos contra Cristina, el escenario poselectoral le resultará favorable.
También calificó como "peligroso" para la democracia que el kirchnerismo se imponga por amplio margen en los comicios. "No pueden manejar el Congreso como se les antoja. Quieren nombrar todos los embajadores, los jueces; no podemos dejar que lo haga", desafió.
Duhalde confesó que algunos empresarios que brindan colaboración a la campaña de su esposa le piden que mantenga en reserva sus nombres por temor a represalias de Kirchner. Además, le dijeron que el gobierno le pinchó el teléfono, por lo que le aconsejaron no utilizarlo.
El ex presidente, de aceitada relación con otros mandatarios del continente por su cargo en el Mercosur, también comentó que los jefes de Estado tienen "miedo" de hablar con Kirchner porque no saben cómo va a reaccionar el santacruceño.
También reveló que Lula Da Silva suele bromear porque dice que no entiende a Kirchner cuando hablan por teléfono, en referencia al problema de dicción que tiene el presidente. Y hasta contó que Lula imita muy bien la voz seseante de Kirchner.
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Duhalde sostiene que saldrá fortalecido de la interna.
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