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miércoles,
07 de
septiembre de
2005 |
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Vienen nomás
El ofrecimiento que una compañía porteña habría efectuado a altos funcionarios municipales en el sentido de proveer unos 300 remises con comunicación satelital y aire acondicionado para poner fin a las deficiencias del servicio de taxis habría sido bien recibido en el Palacio de los Leones. Dicen que para más ventajas, los empresarios estarían dispuestos a arrancar con tarifa diferenciada. ¿Se atreverá el municipio a dar el primer paso para romper con algunas mafias de los taxis?
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Inspector de nalgas
El inspector de habilitaciones llegó al estadio cubierto rojinegro acompañado de un asesor letrado. Justo en ese momento parte del elenco de De La Guarda terminaba uno de sus ensayos. Veterano conocedor, el empleado municipal observó minuciosamente que todos los elementos estuvieran en orden. Fue así que se detuvo frente a los arneses que en una parte del espectáculo internacional se utilizan para que gente del público y artistas "vuelen". Los empresarios, a sabiendas de que todo estaba en orden, fueron entonces sorprendidos por una afirmación casi temeraria: "Si quiero los clausuro". Hasta el propio asesor del inspector quedó boquiabierto. El motivo: uno de los artistas utiliza un traje adherido al cuerpo que le deja al descubierto las nalgas, y el controlador, más cerca de un censor, adujo que un decreto de la época de Binner, el número 2348/97, le permite tomar la drástica medida si considera que se transgreden aspectos de higiene, seguridad o moralidad. En este caso, el hombre impactado por unas musculosas nalgas masculinas, se sentía campeón de la virtud. Todo quedó ahí, aunque por un momento dicen que se respiró un agrio tufillo a Liga de la Decencia.
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El rey sigue siendo el rey
Dicen quienes tuvieron la fortuna de estar allí que fue una noche inolvidable, en la que pareció estar presente el espíritu del creador e impulsor de uno de los más reconocidos negocios del rubro bebidas y exquisiteces en toda la Argentina y que ayer cumplió cuatro décadas de fructífera vida. El ágape fue en un hotel céntrico, donde se dieron cita personalidades de toda la ciudad en una reunión enológica de alta escuela. Nueve fueron nada menos los vinos que se cataron "a ciegas", para que luego los expertos votaran por aquel que más los sedujera. Junto a esas nueve excepcionales criaturas hechas de uva se pudieron degustar distintos y refinados manjares. Algunos de quienes "cataron", manteniendo con envidiable prestancia la línea vertical después de la ingesta, comentaban que durante todo el transcurso de la noche pudo percibirse una presencia que, si bien no era física, tenía una intensidad tan única como misteriosa: la del Rey de Copas. Es que aunque Juan Carlos Matas ya no esté, quienes gozaron de su sabiduría y simpatía inigualables no podrán olvidarlo, y cada vez que un sorbo de buen vino ingrese por su boca para llegar hasta el alma le estarán haciendo el homenaje que merece. |
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"No importa que aquellos que dicen que tenemos que convivir en paz un día se levantan y nos pegan un castañazo, otro día nos pisan los pies y otro nos dan un beso"
Néstor Kirchner
Presidente de la Nación
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