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 domingo, 04 de septiembre de 2005  
El caso de un chico de 16 años operado de urgencia al salir de una comisaría
"No me caí, a mí me pegó la policía"
A Marcelo G. le estalló el bazo tras pasar 12 horas detenido. Asegura que lo patearon tras atribuirle el robo de una moto. Afronta una causa judicial que no tiene pruebas en contra. Y tiene 30 puntos de sutura en el abdomen

Leo Graciarena / La Capital

"Es mentira que me lastimé cuando me cai con la moto. A mi me pegó la policía". Con voz aniñada contó su verdad Marcelo G., el pibe de 16 años que debió ser operado de urgencia por el estallido del bazo, tras estar doce horas detenido junto a un amigo de su edad en las seccionales 15ª y 16ª, por el supuesto robo de una moto, el pasado 18 de agosto.

La pesquisa judicial no encontró nada que contradiga al chico. Hasta ahora no existen pruebas de que los pibes hayan robado la moto ni que fueran a bordo de ella en el juzgado de Menores Nº 2, donde por la acusación policial a los jóvenes se les abrió causa por robo agravado. Esto complica la situación de los dos efectivos del Comando Radioeléctrico puestos en disponibilidad por una denuncia de castigo físico contra los adolescentes.

El jueves 18 de agosto alguien robó una moto Honda Guerrero 110. Eso generó una causa contra los pibes en el tribunal de Menores Nº2. En tanto, el juez de Instrucción Nº7, Eduardo Suárez Romero, tiene abierto el expediente 810/05, caratulado "Personal policial por lesiones graves y apremios ilegales".

Aquel día una mujer denunció que a las 21 horas le habían robado la moto en Deán Funes y San Martín. La moto fue interceptada en Presidente Quintana y Esmeralda por los agentes del móvil 2195. La policía aduce que en el vehículo iban Marcelo G. y Leonel O., quienes se cayeron de la moto en el momento de la detención. Después los dos jóvenes fueron llevados a la seccional 16ª y trasladados a la 15ª, con jurisdicción en la zona del robo. Una hora después de ser liberados, aproximadamente a las 11 del viernes 19, a Marcelo lo operaron de urgencia en el Clemente Alvarez por estallido del bazo.

Pero paralela a la del oficial existe otra versión. "El jueves a eso de las 22.30 íbamos caminando con Leonel por Urraco (un pasaje de una sola cuadra) y Ayolas. Entonces llegó la policía y nos acusó del robo de un moto", cuenta Marcelo G., que se repone de la operación de urgencia que le dejó 30 puntos de sutura, ubicados en línea vertical, que le dividen la panza. Un amargo recuerdo de esa noche.

"Les dijimos que no teníamos nada que ver, pero nos hicieron tirar al piso. Y cuando nos estábamos tirando me pegaron una patada en el costado izquierdo, debajo de las costillas", explicó el pibe en el patio de tierra de su abuela, que vive frente a la casa de Leonel.

Marcelo y Leonel caminaban juntos. Son amigos y marcaban la excepción en una ciudad que se desvelaba por el primer clásico entre Newell's s y Rosario Central. Marcelo es de Boca y Leonel de River. Cenaron juntos en la casa de Leonel y levantaron los platos rápido porque después de las 22.30 se iban a ver con sus novias en lo de una amiga. La casa de esta muchacha quedaba a tres cuadras de la casa de Leonel, quien vive en Convención y Seguí.

"Un policía venía corriendo a los que habían robado una moto. Eran dos pibes que se metieron en un pasillo y entonces no los corrió más. «Vamos a meternos en ese pasillo que ahí no entra nadie», dijo uno de los pibes", recuerda Marcelo quien reconoce que no le dio importancia a lo que veía. Aunque recuerda: "Uno tenía un buzo blanco y el otro pelo largo. Tanto yo como Leonel estábamos vestidos de oscuro y teníamos los dos gorrita", contó.

"El golpe que peor me hizo fue la patada, porque los demás fueron más despacio", explica. "Los otros policías (que llegaron en tres patrullas) le decían que no me pegara fuerte para no dejar moretones. «No le vas a querer pegar con el palo porque ahí fuimos todos», le gritó uno al que me pegaba. Entonces pararon y me llevaron a un costado. Ahí me empezaron a preguntar si yo había robado la moto. Cada vez que les decía que no, me pegaban", recuerda.

Marcelo explica que la policía los detuvo "antes de llegar a la esquina de Ayolas y Chacabuco" y que la moto denunciada como robada quedó en Seguí y Ayacucho, a dos cuadras del lugar de la detención. El pibe destaca que jamás corrieron aunque se asustaron. Ante la gravedad de los hechos, los uniformados dijeron que Marcelo y Leonel se lastimaron "al caer de la moto". "Eso es mentira", dice indignado Marcelo y agregó: "A mí me pegó la policía".

A los pibes los cargaron en dos patrulleros diferentes que enfilaron hacia la seccional 16ª. "Cuando llegué a Leonel lo tenían desnudo y nos sacaron fotos", cuenta el pibito. Para los investigadores judiciales eso resulta una acción vejatoria. "En la 16ª también nos pegaron. Me pegaban cachetadas y me retorcían la nariz", recuerda. "Todo pasó en una sala donde había una cocinita y una mesa. Ese lugar estaba separado por una reja del baño de los presos. Ahí, aunque había muchos policías, los que me pegaban eran dos. Uno era el que me había pateado en la calle", recordó.

"Me decían que dijera que había robado la moto", contó el adolescente que jamás no se olvidará de los diálogos. "Les dije que jamás había tenido problemas con la policía. «Miren mis antecedentes», les decía. «Más vale que no tengas antecedentes porque te vamos a matar», me dijo uno". "Cuando nos trasladaban a la 15ª el policía me dijo: «Si llegamos a comprobar que tenés algo que ver, te vamos a mandar hasta las pelotas»", rememoró el joven.

Marcelo y Leonel estuvieron detenidos hasta las 11 del viernes 19 cuando fueron liberados de la seccional 15ª. De ahí Marcelo fue al Roque Saénz Peña y de ahí lo derivaron al Clemente Alvarez donde fue operado de urgencia. Sin embargo en la seccional 15ª, el médico Mariano Minucci revisó a Marcelo y lo encontró bien. "Me preguntó: «¿Dónde te duele? Levantate la ropa». Me tocó y me dijo: «Vos no tenés nada», y lo anotó en una carpeta. «Pero me duele mucho», le dije. «Vos no tenés nada», respondió y se fue. A Leonel le hizo lo mismo", recuerda Marcelo. El médico forense Luis Alonso constató luego una lesión traumática grave que originó una importante hemorragia toráxica.
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A Marcelo lo operaron en el Heca hace dos semanas.

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