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 domingo, 04 de septiembre de 2005  
Los frágiles blancos de una cruenta secuencia

Variados en sus motivaciones, este año hubo en Rosario una serie de homicidios de ancianos llamativos por su violencia, algunos concretados en sus viviendas. Este es el detalle cronológico de los más impactantes.

En la calle. Carmelo Casas, de 87 años, fue atacado en Washington al 1200, Alberdi Oeste, el 6 de marzo. Tenía un impacto sobre la tetilla izquierda y su pequeña mochila no estaba con él. Murió a la medianoche en el Pami I, donde lo habían trasladado de urgencia. Tras el estampido del balazo hubo vecinos que aseguraron ver cómo dos jóvenes salían corriendo.

La sorpresa. Un anciano de 80 años fue asesinado el 22 de marzo de un golpe en la cabeza en su casa de Medrano al 1100 en Pérez. Se atribuyó el crimen inicialmente a dos ladrones. Pero ahora cumple prisión domiciliaria su esposa, Magdalena Gagna, de 78 años, que apareció maniatada. Se la acusa de haber sido responsable de su muerte.

La mujer sola I. Teresa Bressán de Collado fue hallada estrangulada en su casa del barrio Alberdi el 9 de junio. Cierto desorden en la vivienda y el faltante de mil pesos orientaron la hipótesis hacia el robo como motivo del crimen. En el mediodía de ese día, su hijo la había dejado sola en su vivienda de J.C. Paz al 1400. Cerca de las 3 de tarde la encontró sin vida.

El sereno. La vida de Angel Ramón Vega, de 72 años, se apagó el domingo 17 de julio. Desde el 4 del mismo mes había estado internado en dos hospitales públicos y recibido el alta médica. Sin embargo, según denunció un familiar, todavía no se había recuperado de la brutal golpiza que le habían propinado, en una cochera de Beruti 3161, en barrio La Tablada donde trabajaba de sereno, propinada por tres muchachos a quienes sorprendió desmantelando un auto.

En el garaje. Juan Quercias, un ortopedista de 73 años, fue hallado golpeado, maniatado y asfixiado en su casa del pasaje Las Heras 5068, frente al Batallón 121, en la zona sur. Hubo tres demorados y liberados por ausencia de culpa. Fue el 20 de julio.

El doble crimen. Miguel Martino tenía 81 años y vivía con su esposa, María Rosa Sánchez, de 76, en una muy humilde casa de Luzuriaga al 2600, en el barrio Nuevo Alberdi Oeste. Ambos fueron encontrados muertos a puñaladas y golpes el 24 de julio. Por el doble crimen la policía detuvo a dos chicos que, uno de ellos de 12 años, ambos liberados luego por falta de cargos.

La mujer sola II. Nelly Viola, 72 años, fue la segunda víctima de este año en calle José C. Paz, donde en 15 meses mataron a tres mujeres mayores que vivían solas. Vivía al 2465 de esa calle. Una aureola de sangre rodeaba su cabeza golpeada. Le habían sustraído un televisor y otros electrodomésticos. Ocurrió el 27 de julio.
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