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 domingo, 04 de septiembre de 2005  
Desastre. La oposición, los oficialistas y la prensa fustigan el operativo de rescate
Critican a Bush por falta de liderazgo
Distintos sectores de Estados Unidos cargaron contra el racismo y la lenta ayuda a las víctimas de Katrina

"Colosal falta de liderazgo" y "Acción de rescate de su propia imagen" son algunas de las críticas que se han escuchado desde la visita relámpago del presidente estadounidense, George W. Bush, a la región devastada por el huracán Katrina.

Adversarios políticos, simpatizantes de su propio partido y medios de prensa han proferido en las últimas horas toda clase de burlas, sarcasmos y alguna crítica decididamente hostil a la gestión de Bush en la crisis generada por el fenómeno climático.

Los perjuicios políticos que esta situación podría suponerle al mandatario aún no pueden calcularse.

El caótico operativo de ayuda para los 100.000 ciudadanos en su mayoría de raza negra que quedaron varados en la inundada Nueva Orleáns disparó un nuevo debate acerca de la discriminación racial.

Al mismo tiempo, los opositores demócratas que integran un comité de investigación de los hechos quieren que durante los próximos meses Bush no pueda jactarse de los éxitos de la reconstrucción, sino más bien que, como principal encargado de manejar la crisis, sea responsabilizado por las fallas de la acción de ayuda.

"El presidente finalmente logró acudir a la costa del golfo... después de cinco días", dijo la conductora de la cadena de noticias CNN Daryn Kagan, quien hasta ahora no aparecía como una periodista crítica del mandatario norteamericano. "La visita se pareció mucho a una oportunidad política para las cámaras y los gobernadores republicanos", agregó.

En la muy afectada ciudad de Biloxi, en el estado de Mississippi, no se divisaba en las calles nadie más que las fuerzas de seguridad, excepto por dos jóvenes y atractivas afroamericanas a quienes Bush rápidamente apretó contra su pecho.

En la inundada Nueva Orleáns su helicóptero aterrizó directamente al lado de la rotura del dique de 100 metros de largo, en una escena perfecta para las cámaras.

Cuanto más se fue acercando Bush al desastre humanitario en Nueva Orleáns, en su intento por limitar los daños políticos, más se fue apartando de su crítica al operativo de asistencia. Al comienzo de su viaje relámpago calificó los resultados de "inaceptables", mientras que al final sólo dijo que no estaba conforme con lo hecho.

Nadie pudo haber previsto que los diques de Nueva Orleáns se romperían, sostuvo el mandatario. Por el contrario, varios comentaristas apuntaron enfurecidos que a partir de los recortes presupuestarios aplicados en ese área sí existían estas advertencias desde hace años.

El portavoz de la Casa Blanca Scott McClellan intenta desde hace días atajar todas las críticas a la gestión de la crisis por parte del gobierno. "Este no es momento para endosar culpas o hacer política partidaria", sentenció el funcionario.

"La falta de una ayuda rápida y adecuada en la emergencia no debería quedar sepultada bajo la soberbia política o la palmada en el hombro de las víctimas", opinó en cambio la diputada demócrata Luise Slaughter. "Las fallas no deberían ser barridas debajo de la alfombra", añadió.

También líderes republicanos hablaron de "bochornos" o "errores de trabajo" y formularon en el marco del Congreso la pregunta de por qué, después de los atentados del 11 de septiembre de 2001, el Departamento de Seguridad Interior estaba tan poco preparado para una catástrofe.

También entre el electorado afroamericano ha surgido un enojo incalculable hacia Bush. "Lo cierto es que el gobierno no se tomó la situación tan en serio como debería haberlo hecho", sostuvo el diputado Elijah Cummings. Muchos afroamericanos están fuera de sí de la ira.

Para contrarrestar las acusaciones, Bush enviará al lugar a su política negra de mayor rango, la secretaria de Estado Condoleezza Rice. "Aparentemente los afroamericanos se han visto especialmente afectados por el huracán, pero nadie quiere ver sufrir a un solo estadounidense", dijo el presidente. Según anunció Bush, Rice se trasladará durante el fin de semana a la región de crisis en el sur de Alabama.

Por su parte, el propio Bush quiere visitar de nuevo mañana la zona devastada por el huracán Katrina. (DPA)
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