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domingo,
04 de
septiembre de
2005 |
Desastre. Pese a la ayuda, la crisis persiste
Postales de una ciudad arrasada
El huracán Katrina barrió el glamour del jazz y la cultura de Nueva Orleáns e instaló el hedor de la muerte y el caos
Conocida por el Festival Mardi Gras, exponente de un jazz distintivo, ciudad de cultura francófona y arquitectura única, Nueva Orleáns todavía está en crisis, con inundaciones que han devastado a la ciudad siguiendo la estela del huracán Katrina y dejando millares de personas desesperadas y sin hogar.
Algunas de sus calles más glamorosas se han perdido y se han impregnado del hedor a muerte. Una mujer hinchada y de figura brutalmente deformada yace postrada en la esquina de la avenida Jackson y la calle Magazine, un barrio bastante pobre.
La mujer negra tiene los brazos flácidos, pies desparramados, lleva sólo un zapato, su rostro se dilata desde la hinchazón y su pecho está abultado por el gas que llena su cuerpo, que alguien cubrió con una manta, en un regalo de un poco de dignidad.
Una mujer cruza la calle gritándole a los fotógrafos que tomen fotografías del cuerpo inerte. "Ella ha estado allí por cinco días, desde el lunes", dice. Luego se acerca mendigando una botella de agua o alguna cosa que pueda ayudarla.
Los cuerpos en Nueva Orleáns están tirados como basura, como el testamento del departamento de emergencias del lugar. Después de todo, esta ciudad es conocida por celebraciones de funerales con marchas de bandas de jazz y cantos estrafalarios. La muerte aquí se supone que es como estar feliz y triste al mismo tiempo.
En el cercano estadio donde están las miles de personas que han perdido sus cosas en las inundaciones, acampan fuera esta semana, esperando la evacuación. Otra mujer de cuerpo hinchado yace a plena vista con su rostro hacia abajo en las aguas superficiales. (Reuters)
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Fotos
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Nada en pie. Un hombre recorre su casa.
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