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domingo,
04 de
septiembre de
2005 |
Un modo de vivienda social que
abre críticas entre los urbanistas
Tres reconocidos especialistas evaluaron las causas por las que los Fonavi están en malas condiciones
Vicios de construcción, habitantes de bajos recursos económicos y sin sentido de pertenencia, y un sistema de licitación que prioriza hacer unidades a bajos costos. Estos son algunos de los aspectos que los urbanistas consultados por La Capital apuntan como causantes de que los edificios Fonavi estén en las actuales condiciones. Además, subrayan que en general se construyen "sin pensar en las necesidades de quienes van a habitarlos" y hasta hay quien remarca que "no rescatan el espíritu de ciudad".
El decano de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional de Rosario (UNR), Héctor Floriani, señala tres factores que, a su entender, determinan que los edificios Fonavi estén en las actuales condiciones de deterioro: el empobrecimiento de sus habitantes, la falta de cultura de mantenimiento y la gran dificultad para lograr políticas de consenso entre los vecinos de las torres de departamentos.
"El deterioro de este tipo de estructuras está muy relacionado con los rasgos sociológicos de las comunidades que las habitan", remarca Floriani, quien subraya que los vecinos en general son parte de "una clase media empobrecida".
El profesional también admite que "para lograr un correcto mantenimiento de las torres es necesario ponerse de acuerdo entre todos los consorcistas", situación que, a su juicio, no se da. "Es muy difícil lograr consenso entre los cerca de 200 habitantes que tienen esos edificios, lo que lleva a que sean muy pocos los que cuidan los lugares comunes, y así, las torres se vayan deteriorando".
"En realidad hay una falta de cultura de mantenimiento, y si a eso le sumamos el empobrecimiento de los habitantes y la falta de consenso entre ellos, entonces inevitablemente se llega a situaciones edilicias que evidencian un gran deterioro", conjetura el decano de Arquitectura, para remarcar después que a raíz de esto "las tendencias actuales están llevando a dejar de lado la construcción de este tipo de estructuras".
Para el urbanista y ex secretario municipal de Planeamiento, Juan Carlos Viotti, en tanto, el deterioro tiene un defecto de origen. "Sucede que no se interpretan las necesidades de la gente que va a ser usuaria de esas viviendas sociales", sostiene.
A su entender, el habitante de un Fonavi es generalmente "una persona de bajos recursos, de clase media empobrecida que vive de su propio emprendimiento o está desocupado". Así, ese hombre "necesita una vivienda individual, no una torre, donde tenga un terreno en el cual pueda montar su galponcito. Esto, en un monoblock, no puede hacerlo. Si usted mete a una persona de estas características en un tercer piso de un Fonavi, le impide su desarrollo", remarca.
Además, Viotti está convencido de que muchos de los habitantes de estas torres "no tienen sentido de pertenencia al lugar, debido a que no les escrituran los departamentos".
Y más crítico, apunta al sistema de licitación de las obras de los Fonavi como uno de los culpables de que después los departamentos se deterioren con rapidez. "Este tipo de construcciones le sale carísimas al Estado y después no sirven para nada", asegura. Así, esta combinación de "viviendas muy económicas y no pensadas para el tipo de usuarios que las habitan" produce, según su visión, un rápido deterioro de los edificios.
Por su parte, el también ex secretario de Planeamiento municipal, Augusto Pantarotto, va más allá y le apunta a los "vicios del programa" como los causantes de la penosa realidad de los Fonavi.
Para él, este tipo de edificios "no rescata el espíritu de ciudad. En ellos no existe el espacio urbano. Son ghettos dentro de ciudades", apunta.
Crítico, también dispara contra la "falta de controles" y los "vicios de construcción. El Estado, cuando contrata obras, también tiene que realizar inspecciones, y si a los diez años los departamentos están como están y las inspecciones previas no detectaron fallas, por algo será...", dice con cierta ironía. Pero a su entender "todos estos vicios de construcción tienen solución, lo que no lo tiene es haber construido ghetos dentro de la ciudad".
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