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sábado,
03 de
septiembre de
2005 |
El plantel pensó que
pasaba San Pablo
El plantel de Central recibió con marcada sorpresa que el rival en los octavos de final de la Copa Sudamericana sea Internacional de Porto Alegre. Es que la mayoría pensaba que San Pablo no iba a dejar pasar la chance de avanzar de fase jugando en el inmenso Morumbí.
Además, el equipo paulista no es un rival más en la vida canalla. En el engordado palmarés del tricampeón de América hay dos mojones que el hincha de Central nunca olvidará. En el 92, San Pablo le ganó la final de la Copa a Newell's. Y en el 2004, los brasileños se quedaron con la esperanza auriazul al vencer, por penales, al por entonces equipo de Miguel Angel Russo en un partido correspondiente a los octavos de final de la Libertadores.
"Como dije en la nota con el diario, a mí me hubiera gustado enfrentar a San Pablo porque es el último campeón de la Libertadores y además por todo lo que significa en la historia de Central. Pero por algo pasó Internacional. Lo que sí creo es que en el Gigante hay que ganar sí o sí. Aunque sea por la mínima diferencia", señaló Rivarola, quien no estuvo presente por lesión en el choque del año pasado en el Morumbí.
Otro de los sobrevivientes de aquella derrota es Emiliano Papa. Por eso el volante de Central soñaba con tener su propia revancha con San Pablo.
"Quería jugar contra San Pablo porque todavía me dura aquella derrota del año pasado. Hubiera sido una especie de revancha. Igualmente es bravo enfrentar en estas instancias a los equipos brasileños. Hay que saber jugarles de local y aprovechar los espacios que te dejan en su cancha", culminó el Oreja.
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