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viernes,
02 de
septiembre de
2005 |
"Fue la atajada
más importante
de mi carrera"
Así sintió el arquero la tapada a Silva
Germán Rivarola fue el rey de la noche. Ariel Cuffaro le siguió los pasos. El equipo también enarboló su bandera épica, pero si no fuera por la pelota que le quedó entre los pies a Juan Marcelo Ojeda en la última bola de la noche, ejecutada por el taco de Santiago Silva, la historia se hubiera escrito de otra manera. El arquero canalla fue el sargento Cabral que puso su humanidad para resguardar la preciada victoria sobre Newell's y por eso se acreditó el postrer reconocimiento.
"Fue una jugada rápida. En un instante creo que Silva se va a dar vuelta y por eso la primera reacción es salir a atorarlo, pero me definió de taco. Lo único que atiné a hacer fue cerrar las piernas y por suerte me quedó atrás", describió con precisión el arquero la jugada del minuto 95 del clásico.
Ojeda admitió: "La encontré". Y para agregarle más dramatismo a una acción que atragantó el aliento a todos en el Gigante, dijo que "no tenía reacción a nada, sólo a cerrar las piernas. Me quedó entre los talones y me senté arriba de la pelota".
El aún juvenil canalla intuyó que cuando Silva tocó con el taco el balón tras la pifia de Belluschi, "se venía el mundo abajo", pero para el pueblo auriazul la jugada tuvo un final feliz. "Cuando la agarré fue una alegría inmensa, un alivio increíble".
Esa sensación se notó en su rostro, porque "fue una descarga para todos", y de hecho sus compañeros se acercaron para abrazarlo, porque estaba claro que allí se terminaba de decidir la victoria. "Si lo hacía Silva nos quedábamos afuera". Por eso no lo duda: "Fue la atajada más importante de mi carrera", en el primer clásico que gana en primera.
Pero Ojeda no estuvo solo en la arremetida final, ya que un minuto antes fue Germán Rivarola el que se arrojó con todo el cuerpo para tapar el remate de Luciano Vella, casi como una atajada providencial. Y aunque Pirulo admitió que le pegó en la mano (pese a aclarar que no tuvo intención y por eso no fue penal), el uno auriazul piensa que "le pegó en el cuerpo". Eso sí, dice que se arrojó como un arquero por "su experiencia, en los picados ataja él".
Más allá del suplicio del final, Ojeda consideró que la clasificación "fue justa. En el primer tiempo ellos tuvieron llegadas más claras, pero nosotros también, como la de Vitti al principio que tapó Villar, o el gol". Y en el complemento "sabíamos que nos iban a tratar de empujar con pelotazos si los dejábamos. Por eso en el entretiempo se habló de que no nos metamos atrás y nos salió bien, porque los mantuvimos lejos de nuestro arco y creamos peligro. Después, en los últimos minutos empezaron a tirar centros al área y sufrimos, pero era lógico. Por eso para mí ganamos bien".
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Fotos
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Ojeda en el festejo de la noche del clásico.
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