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 sábado, 27 de agosto de 2005  
Juego de niños
Con siete debutantes, Central humilló a Lanús: 4 a 0

Gustavo Conti / Ovación

Habrá que revisar bien las estadísticas para saber si algún otro equipo le dio semejante paliza a un rival con cinco debutantes titulares netos y otros dos que ingresaron luego, además recordando que el arquero hacía más de nueves meses que no atajaba y que Lanús llegaba sin otras obligaciones ni problemas. Las circunstancias potenciaron entonces el mérito de un conjunto puesto de emergencia pero que de ningún modo se portó como tal. Y que multiplicó el ánimo de su pueblo de cara al clásico copero decisivo del lunes. Ah! Central quedó puntero solo del Apertura. De yapa.

Muchos fueron al Gigante por si acaso. Porque el plato fuerte está a tres días y porque debutaban demasiados como para esperar tanto. Claro, mucho no se tuvo en cuenta que Lanús penaba en su zona neurálgica, el mediocampo, con un karma de extrema juventud similar, con dos pibes de 18 y otro de 19 años con pocos partidos en primera. Tampoco se preveía semejante apatía granate.

Pero, allá Lanús con sus miserias. Central, el de plantel chico, modesto (tanto que el promedio de edad de ayer poco varió respecto al habitual titular), se plantó con autoridad, supo hacer el gol que lo tranquilizó rápido y estuvo tan atento a impedir que el rival se armase como a usufructuar sus notorios defectos, en un complemento de lujo impensado para el equipo de Cuffaro.

Es más, si Central produjo apenas un gol en el primer tiempo fue porque lo respetó demasiado, porque tal vez pensó que en algún momento Lanús apretaría el acelerador, que Graf y Ceballos pesarían, que Marini haría valer su experiencia. Pero nada de eso ocurrió.

La imaginaria línea de tres Grabowski-Ledesma-Imperiale no dejó un resquicio, Borzani contenía por dos y por los costados Aguirre-Villagra por derecha, y sólo Moya por izquierda para contener al impresentable Fioretto (Gorosito lo benefició poniéndolo en una posición que no lo favorece) bastaron para neutralizar a un rival sin argumentos ni alma.

Entonces, el tiempo pasó, Borzani se animó y a los 2 minutos del complemento ya bajó el telón del partido. Créase o no, llegaron muy pronto otros dos goles, pudieron venir más y los hinchas que recién anoche memorizaron ciertos nombres, armaron un carnaval que ni el más fanático hubiera previsto.

Eso sí, si Mauro Monges es una apuesta para el clásico, no pasó por la zaranda en un partido que al final se prestó para eso, mientras que Ruben cumplió con un gol y movilidad, y Ledesma, otro de los nominados para entrar el lunes en algún momento, se pudo lucir con una tarea consistente.

Newell's debió hacer dos viajes e involucionó. Central se quedó disfrutando en casita y se agrandó hasta con nombres casi desconocidos. Sacó punta en el Apertura, y una ventaja futbolística-psicológica vital para la Copa. Como aperitivo, no podía saber mejor.
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